La no herencia de Quique San Francisco: sin propiedades ni empresas a su nombre

Quique San Francisco ha fallecido a los 65 años víctima de una neumonía bilateral que le mantuvo ingresado durante las últimas semanas en el hospital Clínico de San Carlos en Madrid. Una enfermedad infecciosa de la que no pudo recuperarse y que podría haberse derivado de un contagio previo de covid-19.

Una triste pérdida para el mundo del espectáculo, del que vivió toda su vida. Cine, teatro y en los últimos años televisión (sobre todo con apariciones en el programa que conduce Pablo Motos) que le valieron contratos nada desdeñables durante su larga carrera.

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Un patrimonio que bien gestionado habría supuesto a día de hoy una gran fortuna, pero que lamentablemente nunca supo llevar a buen puerto. Entre otras cosas, por culpa de algunos de sus agentes, a quien el propio Quique culpó de su ruina económica. “No voy a decir el nombre del último porque ya es conocido y soy muy respetuoso”, aseguró durante una entrevista concedida en el plató de ‘Sábado Deluxe’.

Tras el embargo de su casa hace años, que el mismo relató en este mismo programa (“Me fui yo antes de que me la quitaran"), San Francisco, según se extrae de los documentos a los que ha tenido acceso Vanitatis, no volvió a invertir en nada más y su empresa, Enriquecidos SL, solicitó el cierre de su hoja registral en el año 2019. Una empresa dedicada a la gestión de sus ingresos en el cine, la televisión y el teatro sobre la que recayó un requerimiento de Hacienda del que no ha llegado a trascender nunca el montante pero que prácticamente le dejó en la ruina, y eso que trabajó durante toda su vida.

Comenzó con tan solo 6 años participando en anuncios publicitarios, y tras seis décadas de excesos, humor y algún que otro altibajo, se despidió sin saberlo definitivamente hace apenas unas semanas, cuando por motivos de salud tuvo que abandonar su último espectáculo, ‘La penúltima’. Un show con el que tenía pensado recorrer toda la península como antes hizo con algunas de las más de 40 obras de teatro que tenía a sus espaldas y otros tantos monólogos, fórmula en la que fue un auténtico pionero. No obstante, tras casi seis décadas dedicado a una de las industrias más prolíficas, Rogelio Enrique San Francisco ha fallecido sin nada a su nombre.

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Vivía en un apartahotel

Tras el embargo de su casa hace ahora dos años, San Francisco se trasladó a vivir a un apartahotel a las afueras de Madrid del que desde el principio prometió mudarse. Su idea era haber buscado un apartamento algo más económico donde instalarse de manera permanente; no obstante, eso nunca llegó a pasar y las instalaciones del Princesa de Éboli en Pinto llegaron a convertirse en escenario de uno de los últimos programas de televisión en los que participó.

Para sorpresa de todos (propios, extraños e invitados a cenar), el humorista recibió a los comensales de ‘Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition’ (Suso Álvarez, María José Cantudo y Topacio Fresh) en una de las habitaciones superiores del apartahotel. Una habitación que por la distribución que apareció en pantalla podría ser una de las Junior Suite disponibles en su página web, de 54 metros cuadrados y con dos dormitorios, dos baños, salón-comedor y hasta cocina independiente. ¿El precio? 158 euros la noche.

Sin embargo, no está claro que esta habitación fuera la del actor. San Francisco podría haberse alojado en una de las estancias algo más modestas disponibles en el establecimiento, donde una habitación doble estándar (de unos 32 metros cuadrados) tiene un precio por noche de unos 80 euros (unos 2.400 euros al mes). Un precio por el que podría haber alquilado un apartamento con todo lujo de detalles en Madrid, idea que fue retrasando en el tiempo hasta el final de sus días.

Un final en el que su herencia, según se extrae de los documentos a los que ha tenido acceso este medio, no ha sido, ni será, la gran protagonista.