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Los restos de Julián Lago esperan en la Embajada a ser repatriados
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Los restos de Julián Lago esperan en la Embajada a ser repatriados

Los restos del periodista Julián Lago, fallecido el pasado lunes en Asunción, permanecen en la Embajada de España de la capital paraguaya, a la espera de

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Los restos de Julián Lago esperan en la Embajada a ser repatriados

Los restos del periodista Julián Lago, fallecido el pasado lunes en Asunción, permanecen en la Embajada de España de la capital paraguaya, a la espera de que concluyan los trámites necesarios para su repatriación. Así lo ha manifestado a los periodistas su hermano, el abogado Jesús Lago, antes de presidir un funeral en la iglesia de Santiago Apóstol, de Valladolid.

Julián Lago luchó hasta el día 3 contra el coma en el que cayó después de haber sido atropellado por una motocicleta el pasado 15 de mayo en Paraguay, adonde había trasladado su residencia; un coma que finalmente no pudo superar.

"Julián era una persona muy sensible y entrañable. Decidió irse a Paraguay a hacer el bien", ha recordado Jesús Lago acerca de la decisión de su hermano de abandonar la actividad periodística y dedicarse a los más desfavorecidos a través de una organización no gubernamental.

El cadáver se encuentra bajo la custodia de Yolanda Franco, última compañera sentimental de Julián, por lo que su hermano aún desconoce cómo y cuando va a ser inhumado o incinerado, aunque sí ha anunciado la celebración de un funeral en Madrid después del verano.

Julián Lago nació en 1946 en Valladolid, donde, a principios de los años setenta, comenzó a ejercer la profesión periodística como redactor en el rotativo El Norte de Castilla. Numerosos amigos, familiares y compañeros de profesión, entre ellos del diario Tribuna de Salamanca, que dirigió en 2007, han asistido a la misa funeral celebrada en la capital vallisoletana. Entre ellos sus hermanos, sorprendidos por que los hijos del fallecido periodista no asistieron al acto religioso celebrado en la ciudad castellana.

Desde Valladolid, Julián Lago pasó a formar parte de la redacción del semanario Interviú (1976-1979 y posteriormente fundó, en 1982, la revista Tiempo. En 1983 obtuvo el Premio Mariano José de Larra de periodismo, en 1987 fue nombrado director de publicaciones del Grupo Zeta y entre 1988 y 1993 asumió la dirección de la revista Tribuna.

Después dio el salto a la televisión con los programas La máquina de la verdad (1993), Misterios sin resolver (1993) y Por hablar, que no quede (1995), todos ellos en la cadena Telecinco. Como escritor firmó los libros de actualidad política La España transitiva (1976), Las contra memorias de Franco (1977) y Bajo el volcán de Moscú (1992).

Los restos del periodista Julián Lago, fallecido el pasado lunes en Asunción, permanecen en la Embajada de España de la capital paraguaya, a la espera de que concluyan los trámites necesarios para su repatriación. Así lo ha manifestado a los periodistas su hermano, el abogado Jesús Lago, antes de presidir un funeral en la iglesia de Santiago Apóstol, de Valladolid.