El refugio secreto de Fernando Torres

Mientras el resto de los futbolistas mediáticos eligen para descansar lugares de moda donde pasar inadvertidos es complicado, el delantero del Liverpool se decanta por lo contrario. No salir en la foto cuando el personaje es de primera fila puede ser tarea de titanes. Unos lo consiguen y otros no. La cuestión es intentarlo, que es lo que ha hecho el “niño Torres” con Olalla, su mujer y la bebita Nora. 

La familia buscó su refugió y lo encontró sin tener que viajar al fin del mundo. Un lugar paradisiaco en Cerdeña, donde se pierden los megamillonarios como Briatore, Los Dolces&Gavanna, Kate Moss o Carolina de Mónaco, cuando estaba enamorada de su marido Ernesto de Hannover.

Torres y compañía se instalaron en el hotel Pitrizza, un establecimiento de superlujo en la playa del mismo nombre con spa, golf, tenis, piscina de agua salada esculpida en la propia roca, vistas maravillosas y un servicio acorde con las estrellas.

El trío familiar pasaba las mañanas en la piscina y por la tarde daba paseos o realizaba excursiones por los bellos parajes que circundan Pitrizza. La mayoría de los clientes eran europeos y de ahí que pudieran pasar desapercibidos. Una pareja joven con una niñita no llama la atención, salvo que entre los extranjeros hubiera -como así fue- seguidores del Atlético de Madrid, donde creció y se desarrolló el Niño. Y así fue como se ha descubierto el refugio del goleador.

Torres, de 24 años,  y Olalla, de 23, se casaron en secreto en el Ayuntamiento de El Escorial el 28 de mayo, noticia que dio en exclusiva Vanitatis. La pareja se conoce desde que eran pequeños. Las familias de ambos coincidían en los veranos en Estorbe, un pueblecito en la Costa de la Morte. Olalla y Fernando formaban parte de la misma pandilla, y lo que empezó como un tonteo acabo en noviazgo formal y, más tarde, en matrimonio.