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Compañeros en la ficción, amantes en la vida real
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Compañeros en la ficción, amantes en la vida real

En 2001, cuando Carlos Bardem y Dafne Fernández se conocieron en la grabación de la película Juego de Luna, de Mónica Laguna, surgió una química muy

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Compañeros en la ficción, amantes en la vida real

En 2001, cuando Carlos Bardem y Dafne Fernández se conocieron en la grabación de la película Juego de Luna, de Mónica Laguna, surgió una química muy especial entre ambos. El único impedimento para la consolidación de su amor fue la edad de la madrileña. Dafne tenía tan sólo 16 años y una prometedora carrera como actriz. Mientras, Carlos siguió con su vida y también entre escena y escena intimó con la actriz Beatriz Rico.

El rodaje del corto El último negocio supuso el comienzo de una relación que duró más de tres años. En 2008, de nuevo el trabajo se encargó de poner en el camino del hermano del oscarizado Bardem a la joven Dafne, que al igual que Carlos, también formaba parte del reparto de la película La fábrica de la mujer de hielo.

Entonces, comenzaron una bonita historia de amor que desafió los comentarios, algunos malintencionados, sobre la evidente diferencia de edad entre ambos. Sin embargo, y aunque resulte paradójico, el amor también se les terminó cuando la actriz de origen húngaro Agnes Kiraly se cruzó en la vida del mayor de los Bardem, durante la grabación de la serie Hay alguien ahí. A pesar de la ruptura, Carlos y Dafne guardan muy buena relación y no han dudado en posar juntos en más de una ocasión después del fin de su noviazgo.

Agnes, en cambio, poco acostumbrada a que la prensa la siga y que los medios se interesen en su vida privada, se ha adaptado a la perfección y ya ha posado para alguna que otra revista. Además, durante las vacaciones navideñas se marchó con su novio, su suegra, Pilar Bardem, y Javier y Penélope Cruz a las paradisíacas playas de Brasil. Toda una prueba inequívoca de que la relación se afianza cada día más y más.

Un amor de trabajo

Aunque Carlos Bardem siempre ha encontrado a sus parejas en el lugar de trabajo, no es el único. La hermana de su actual cuñada, Mónica Cruz, cayó rendida con los encantos que Miguel Ángel Muñoz desplegó para conquistarla durante la grabación de Un paso adelante, la serie de éxito que les lanzó al estrellato. Beatriz Luengo, vocalista del grupo que se formó más tarde, también se enamoró de Yotuel Romero, compañero de reparto en UPA e integrante de Orishas.

Las revistas esta semana también nos han sorprendido con nuevas parejas que se han forjado en los sets de rodaje. María Castro, actriz de Sin tetas... ha dejado a su novio de toda la vida por correr en brazos del actor Leandro Rivera, compañero de la obra de teatro La ratonera que se representa en el centro de la capital y de la serie Sin tetas no hay paraíso.

Rivera ha participado en Volver, de Pedro Almodóvar, y ha sido reportero del programa Caiga Quien Caiga. Según ha podido saber Vanitatis, los actores Ana Fernández y Luis Fernández, que interpretan el papel de hermanos en Los protegidos,  son algo más que compañeros. Este miércoles sin ir más lejos fueron vistos en la terraza del bar El Viajero, en el madrileño barrio de La Latina, donde hicieron manitas debajo de la mesa a escondidas del resto del equipo del rodaje. La representación de hasta las tramas más trágicas, siempre tiene final feliz, aunque sea entre bambalinas.


 

En 2001, cuando Carlos Bardem y Dafne Fernández se conocieron en la grabación de la película Juego de Luna, de Mónica Laguna, surgió una química muy especial entre ambos. El único impedimento para la consolidación de su amor fue la edad de la madrileña. Dafne tenía tan sólo 16 años y una prometedora carrera como actriz. Mientras, Carlos siguió con su vida y también entre escena y escena intimó con la actriz Beatriz Rico.