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Días de ruido y furia para Mariló Montero, “la morena de la copla”
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Días de ruido y furia para Mariló Montero, “la morena de la copla”

“No es mala persona, pero tiene un carácter recio, complejo, difícil de aguantar en ocasiones”. Así define a Mariló Montero alguien que la conoce bien. Casi

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Días de ruido y furia para Mariló Montero, “la morena de la copla”

“No es mala persona, pero tiene un carácter recio, complejo, difícil de aguantar en ocasiones”. Así define a Mariló Montero alguien que la conoce bien. Casi todos los que la han tratado son de la misma opinión. No se habla de otra en las fiestas de la beautiful people madrileña ni en los patios de vecinos. Todo el mundo conoce a Mariló, sabe de sus motivaciones y tiene la clave de por qué perdió los estribos ante Anne Igartiburu el pasado lunes. Pero ella no abre la boca. No coge el teléfono a casi nadie y “no comenta siquiera con sus compañeros de programa lo ocurrido”, narran compañeros de Televisión Española.

A falta de información, todo el mundo ha hecho sus cábalas. Algunos afirman que sus dardos envenenados se deben a una rebaja de su sueldo en la cadena pública en un cuarenta por ciento; otros aseguran que su pareja y exdirector de TVE, Santiago González, le había prometido a ella las tardes, que finalmente han sido para Anne. Pero lo cierto es que, desde su entorno, insisten en que el enfrentamiento con su compañera fue producto del momento, de “esos arrebatos de carácter que tiene de vez en cuando”.

Hoy Mariló vive días de ruido y furia en la cadena pública, pues la mayor parte de sus compañeros de pasillos se han puesto de lado de Igartiburu. Pero los que la conocen advierten que no se ha visto especialmente afectada por la avalancha de críticas recibida y que defenderá su carrera como profesional de los medios, para contrarrestar las afirmaciones de aquellos que han asegurado que entró a formar parte de la plantilla de TVE solo por su relación con el presidente de la cadena.

Aquella ‘chica Hermida’

Efectivamente, su carrera es larga. María Dolores Leonor Montero Abárzuza nació el 28 de julio de 1965. Estudió Magisterio en Costa Rica, donde comenzó su trayectoria profesional en televisión, hasta que en 1989 Hermida puso sus ojos en ella y la devolvió a España. Tras alternar en varias cadenas de radio y televisión generalistas se asentó en Sevilla junto a su marido, el periodista Carlos Herrera, para trabajar en Canal Sur. Allí vivió sus mejores y peores momentos en lo profesional. Para el recuerdo infame, el día que conoció en su trabajo la noticia del atentado fallido de ETA contra Herrera con un explosivo oculto en una caja de Montecristos, sus puros preferidos. Ambos hicieron las maletas y se mudaron alrededor de un año a Miami para huir del mundanal ruido de las bombas.

Cuando volvieron, Mariló recuperó su trabajo en Canal Sur, donde había solicitado una excedencia. Pronto pasaría a ser el rostro de Noticias Uno. Sin embargo, una extraña remodelación de la estructura de la redacción acabó con su trabajo en los informativos de la casa. Algunos llegaron a hablar de una especie de venganza de las altas instancias políticas de la Comunidad por las críticas permanentes de Carlos Herrera a los dirigentes andaluces a través de las ondas.

Sea como fuere, Mariló acabó aceptando poco después la oferta de TVE para presentar La Mañana. Se instaló con su hija menor, Rocío, en Madrid. El segundo de los hijos que tuvo con Carlos Herrera, Alberto, se marchó pronto a estudiar al extranjero. En mayo del año 2010, cuando se la empezó a relacionar con Santiago González, ella y Carlos Herrera anunciaron su divorcio.

Se les rompió el amor de tanto usarlo veinte años después de aquel ‘sí, quiero’ en una iglesia de Aravaca el 28 de septiembre de 1991. La presentadora y el locutor anunciaban en mayo del año 2011, en un escueto comunicado de prensa, que rompían de facto una relación marital maltrecha desde hacía un año, desgastada por la distancia que había puesto de por medio una oferta de TVE para que Mariló pusiese rostro a sus mañanas. El AVE Madrid-Sevilla (Herrera locuta desde la capital hispalense para Onda Cero) se convirtió entonces en su mejor aliado. Pero el trayecto se fue haciendo largo y ambos perdieron el tren.

“Morena de la copla” para los amigos

Hasta entonces ella fue para Carlos “la morena de la copla”, que es el sobrenombre con el que la rebautizaron algunos amigos del sur. Mariló, al margen del porte, ha tenido siempre poco de andaluza. Le gustan, como a Carlos, los toros y las romerías, las tapas en los bares de Sevilla al mediodía y el sabor del tabaco, que ella defiende como “parte de la cultura española”. Sin embargo, siempre añoró los aromas de Estella (Navarra), su tierra de origen, a la que viajaba cuando no estaba en Sevilla o en Sanlúcar de Barrameda, donde el matrimonio se compró una casa para disfrutar los lunes (festivos) al sol.

Mariló nunca cocina, porque ni sabe ni le gusta. Siempre ha sido una mujer casera, aunque eso no le ha impedido hacer acto de presencia en jaranas de pompa y exceso. Fue invitada de excepción, junto a Herrera, en la boda de los príncipes de Asturias, entre otras citas organizadas por la Primera Familia española. En una de ellas, por una casualidad del destino, concretamente en la recepción organizada en el Palacio Real tras el desfile de las fuerzas armadas de 2005, Mariló escogió el mismo vestido que la reina Sofía, lo que dio para muchos chascarrillos.

Pero para chascarrillos los que está generando a raíz de su extraña entrevista a Anne Igartiburu. Mariló Montero es hoy más conocida en España que nunca. Aunque en realidad siga siendo, incluso para sus compañeros de plató, una gran desconocida. 

“No es mala persona, pero tiene un carácter recio, complejo, difícil de aguantar en ocasiones”. Así define a Mariló Montero alguien que la conoce bien. Casi todos los que la han tratado son de la misma opinión. No se habla de otra en las fiestas de la beautiful people madrileña ni en los patios de vecinos. Todo el mundo conoce a Mariló, sabe de sus motivaciones y tiene la clave de por qué perdió los estribos ante Anne Igartiburu el pasado lunes. Pero ella no abre la boca. No coge el teléfono a casi nadie y “no comenta siquiera con sus compañeros de programa lo ocurrido”, narran compañeros de Televisión Española.

Mariló Montero