Un empresario español, posible comprador de la polémica Villa Certosa

A veces los grandes patrimonios llevan consigo elevadísimos gastos de mantenimiento, una tónica que cada vez se repite con mayor frecuencia entre los famosos. Este es el caso de Silvio Berlusconi que desde que pusiera en venta Villa Certosa en 2010, situada en la isla de Cerdeña, muchos han sido los que se han interesado por esta mansión conocida por ser el lugar en el que el fotógrafo Antonello Zappadu destapó el harén de Berlusconi.

Junto con el ministro checo Mirek Topolanek, Silvio fue pillado acompañado de varias velinas con las que fue fotografiado jugando en la piscina en una actitud demasiado cariñosa. Las instantáneas, que pusieron la guinda a su ya casi finiquitado matrimonio, y el desuso de la mansión, a la que apenas acudían sus hijos, fueron los motivos por los que Berlusconi puso en venta esta lujosa residencia.

A pesar de que dos magnates rusos, dos jeques –entre ellos el jeque Khalifa bin Zayed bin Sultan Al Nahayan,presidente de los Emiratos Árabesy emir de Abu Dabi- y un empresario londinense estuvieron a punto de hacerse con Villa Certosa por 450 millones de euros, parece que un empresario español podría estar a punto de firmar la compra-venta de la mansión por 400 millones de euros, según informa ABC. Una cantidad inferior a la que en un principio solicitaba Il Cavaliere. “Silvio no quiere venderla por menos de 400 millones de euros, aunque ahora está dispuesto a bajar un poco. Una familia de Madrid muy importante está tratando de adquirirla y sólo falta que fijen el precio. Yo creo que al final serían 380 o 400 millones, desde luego no menos de 380”, detalla a la publicación una persona cercana a las negociaciones.

Situada en la Costa Esmeralda, una de las zonas más exclusivas de la isla italiana, la villa se extiende por un terreno de uno 19.000 metros cuadrados, con 4.000 construidos y compuesto por 35 habitaciones y 27 baños, además de una playa privada. Con estas cifras, es fácil pensar que las excentricidades son el denominador común de Villa Certosa.

Sin embargo, la realidad va más allá, ya que el exprimer ministro italiano dotó a su residencia conun refugio antinuclear, un lago artificial navegable, un anfiteatro para 300 personas al borde del mar, una réplica de unvolcán que echa fuegoy un larguísimo etcétera de rarezas.El lujo es también protagonista, varias bañeras con vistas al mar, piscinas de aguas termales, helipuerto, invernadero con especies de todo el mundo y un embarcadero que une el mar con la casa a través de un túnel son algunos ejemplos.