Es noticia
Menú
No, los bebés no necesitan escuchar a Mozart desde la barriga (lo dice esta psicóloga)
  1. Vida saludable
ENTREVISTA

No, los bebés no necesitan escuchar a Mozart desde la barriga (lo dice esta psicóloga)

En el antimanual 'La crianza imperfecta', la psicóloga Paola Roig da a las madres un consejo universal: confía en ti, encuentra tu propio camino y, sobre todo, no intentes ser perfecta

Foto: Paola Roig, en una imagen reciente. (Anna Grau/Cortesía)
Paola Roig, en una imagen reciente. (Anna Grau/Cortesía)

Paola Roig es psicóloga perinatal y psicoterapeuta, especializada en acompañar a las madres durante el embarazo, el puerperio y la crianza. Con su primer libro, 'Madre', animaba a las madres a escucharse y darse lo que necesitaban. Con el segundo, 'La crianza imperfecta' (Bruguera), se muestra compasiva con la maternidad actual. A través de la experiencia propia vivida en consulta (y también en casa con sus propios hijos), la terapeuta ha elaborado esta especie de antimanual en el que da a las madres un consejo universal: confía en ti, encuentra tu propio camino, no se puede ser perfecto. Hablamos con ella.

He perdido la cuenta de las veces que incita a las madres a relajarse, que les dice que no pasa nada, ¿es ese el leitmotiv de este libro?

Al estar en contacto con tantas madres siento el dolor y la sobrecarga que tienen. Y hay una parte de este dolor que es por cómo maternar, por el sistema, por cómo está montado todo. Pero hay otra parte que a veces nos lo hacemos a nosotras mismas, ¿no? Toda esta autoexigencia está cargando de mucha tensión a las madres. El libro viene a pedirnos que bajemos el listón, que volvamos a donde tenemos que estar. Sé amable contigo misma.

Usted dice en el libro que el sistema capitalista en el que vivimos invita a una crianza muy hostil y propone ideas como dejar el móvil en otra habitación cuando estamos con nuestros hijos, quizá algo naíf en este mundo de hoy.

Soy consciente, puede parecer una locura, pero qué bien sienta cuando lo haces. Hemos entrado en una dinámica de la rapidez, no nos damos cuenta de lo hostil y violento que es hacia nosotras mismas. Y si decides parar, el sistema empuja, pero tú puedes decidir hasta qué punto le haces el juego, ¿o no? Las cosas son como son, pero se pueden tomar decisiones como dejar el móvil en otra habitación, eso sí está en tu mano. Y cuando lo decides y traspasas ese malestar del inicio, dices: "Hostia, qué liberación, qué calma".

"Que haya mujeres que no quieran ser madres me indica que se están haciendo las cosas bien, ahora podemos decidir si este es nuestro camino o no"

¿La maternidad implica renuncia necesariamente?

El epílogo del libro se llama así, 'Yo renuncio'. Como sociedad nos cuesta mucho nombrar el malestar. La renuncia forma parte de la maternidad y de la vida, aunque en concreto en esto de la maternidad nos cuesta mucho asumirlo y enunciarlo. No es verdad que ser madre implique no renunciar a nada. Ser madre implica unas renuncias y no ser madre implica otras renuncias. Pero, además de hablar de esto, quería renunciar a ser la madre perfecta, la que llega a todo, la mejor hija, la mejor pareja, la mejor madre y la mejor en el trabajo. Yo renuncio.

Estamos viendo que las nuevas generaciones, de hecho, no quieren tener hijos por las renuncias que implica.

Es que se está empezando a visibilizar lo que es la maternidad en realidad, no esa imagen idealizada que antes se tenía, sino la realidad que viven las madres, con sus luces y sombras. Que haya mujeres que decidan no ser madres me indica que se están haciendo las cosas bien, ahora tenemos capacidad de decidir si este es nuestro camino o no, es algo que no viene ya marcado desde pequeñas, ¿no?

Isabel Díaz Ayuso ha propuesto para conciliar tener los colegios abiertos más tiempo, una iniciativa polémica. ¿Pero acaso existe la conciliación?

A todos se nos llena la boca de conciliación y nadie sabe exactamente lo que es. ¿Es abrir las escuelas 24/7? ¿Es renunciar a lo profesional y sólo criar? Para mí -y esto sí va a ser naíf, ya te aviso- conciliar tiene que ver con volver a la comunidad, a la vida. Y a mí me viene mucho esa imagen del bebé en la guarde, el niño en el cole, la abuela en la residencia, los dos trabajando y la casa vacía. Hay que volver a los apoyos de la comunidad, igual la abuela puede estar en casa y cuidar del bebé cuando tú no estás, u otra solución que te venga bien a ti.

O el abuelo.

Claro. Lo que pasa es que hay algo en mí de hablar en femenino genérico, porque las que me leen son mujeres. Si alguien me va a leer es más una abuela que un abuelo y voy a dirigirme a mi público.

Todos somos mejores padres antes de serlo, una reflexión que tomo prestada de su libro.

Sí, porque cuando la experiencia no te ha atravesado es fácil hablar. Después es como el juego del 'yo nunca', bebes en todas las rondas, no hay escape. Porque una cosa es la teoría, que de esto va también un poco el libro, una cosa es la teoría y la otra es la práctica en el día a día.

Rescata los orígenes teóricos de los conceptos clásicos de la crianza que se han hecho virales y han perdido un poco el sentido.

Sí, por ejemplo cuando hablo de la crianza con apego estamos como dando a entender que existe la crianza sin apego. El bebé y su madre siempre van a tener ese apego, no hay unos ítems que vayan a definir la calidad de este apego, siempre está ahí, porque es una relación muy compleja y muy profunda la que se establece entre una madre y su bebé. Lo que pasa es que en la era de la información rápida parece que no tiene cabida la profundidad y el ir hacia ideas más complejas.

"Cuando alimentamos a nuestros hijos, sea con un biberón o con la teta, generamos un vínculo con ellos, es un momento en el que se mueven muchas cosas más allá del tipo de leche"

Usted, como madre, ¿en qué ha sido peor de lo que esperaba, en qué se ha decepcionado?

Yo creo que la más gorda es que yo no iba a gritar nunca. Como psicóloga, sé que los gritos son malos, me he trabajado en ese sentido, yo no voy a gritar nunca. Y luego te sorprendes y el grito a veces sale sin que tengas espacio a poder pensar de dónde viene ese grito.

Habla usted de maternar y paternar, verbos que no están en la RAE.

El lenguaje es poderoso. Por favor, usemos palabras que definan exactamente lo que es ser madre. ¿Qué pasa cuando maternamos a nuestras parejas? Porque eso también pasa a veces y no debería pasar, ¿no?

Otra presión actual, la lactancia materna sí o sí. Usted dice que la lactancia va mucho más allá que la nutrición física.

Es lo que te decía de los conceptos concretos, las cosas son mucho más complejas de lo que nos venden. Cuando alimentamos a nuestros hijos, sea con un biberón o con la teta, generamos un vínculo con ellos, es un momento en el que se mueven muchas cosas, más allá del tipo de leche que le estamos dando. Tú puedes dar la teta mirando Instagram, que todas lo hemos hecho alguna vez.

Cuando habla del BLW, esa rutina en la que se les presentan los alimentos en pequeños trozos a los bebés para que vayan experimentando con sabores y texturas en vez de darles la típica papilla de cereales, también me parece que desmitifica mucho. ¿Esperamos demasiado de los bebés, los estamos sobreestimulando?

Para mí la pregunta es desde qué lugar hacemos las cosas. Si yo hago BLW porque así cuando sea mayor será tal y cual, le estoy poniendo una carga a este niño que él no la ha pedido. Con ese método y con todo, yo creo que deberíamos escoger las cosas porque nos encajan en ese momento, pero no para esperar luego nada de los niños. Es verdad que hay mucha prisa para todo. ¿Por qué ponerle música de Mozart a un bebé desde la barriga? En ese momento solo necesita oír la voz de mamá, la voz de papá y que cuando dé patadas te toques la barriga. No necesita Mozart.

Queremos niños Einstein desde la barriga.

Sí. ¿Y luego para qué? Es esta exigencia del sistema en el que vivimos, que va muy rápido, es el sistema del hacer, no del estar. Esto lo relaciono con lo que me decías antes de dejar el móvil. Nos cuesta mucho solo estar quince minutos plenamente disponibles para nuestros hijos. Nos daría mucha calma poder aprender a estar, más que hacer y hacer.

Hay que jugar con los hijos.

Es lo más importante. Y ahora ojo, porque esto siempre despierta culpas. Jugar es todo, no solo lo que tú piensas que es. Es cuando te sale espontáneamente el cucú a tu bebé, es perseguirnos por la casa, poner una canción y bailarla con tu bebé en brazos. Es ahí donde crecen los bebés, en la relación, en la diversión, en el disfrute, en el estar. Si entendemos el juego desde esta perspectiva más amplia, es lo más importante.

Siento que la manera de criar a los hijos ha cambiado mucho en poco tiempo, sobre todo comparándolo con cómo lo hicieron nuestros padres con nosotros.

Sí. Cuando nos criaron a nosotras era el momento de la incorporación de la mujer al mundo laboral. Ellas estaba muy exigidas en este sentido, y los hombres aún no ayudaban demasiado. Estábamos en la guardería desde los cuatro meses, es lo que se necesitaba en ese momento. Hemos pasado de esa idea del todo vale a justo la contraria, ya nada es suficiente, nada vale. Lo que reivindico es que podamos encontrar un punto medio entre ambas cosas. Claro que hay cosas que hay que revisar, como los castigos físicos, pero también podemos darnos un poco de flexibilidad para que las que vengan luego lo tengan un poco más fácil.

"La maternidad no va de seguir cuatro tips. Las cosas son mucho más profundas y complejas"

Hay una necesidad de etiquetarlo todo, de ponerle nombre a todo.

Sí, es un momento en el que tener convicciones sólidas nos da tranquilidad, como cuando se habla de la crianza con apego. Ah, vale, entonces si yo hago teta y colecho me va a salir un niño sano, perfecto. Pero las cosas, como decía, son mucho más profundas y mucho más complejas. No va de seguir cuatro tips. Hay algo que todas las madres compartimos, pero a la vez hay una manera única y individual de vivir la maternidad. Y qué precioso y qué bonito. Intentemos salir de estas categorías tan rígidas, tan estrictas, y que cada uno encuentre su forma de maternar.

Como también es distinta la forma de 'maternar' dependiendo de cada hijo. Habla en el libro de un tema tabú, la existencia de los hijos favoritos.

Somos humanas. Hay momentos en los que disfrutas más de un hijo que de otro, no pasa nada. Igual si uno de tus hijos está en plena etapa de rabietas y el otro está más apaciguado, te aporta más tranquilidad. En el libro hablo en concreto de lo de sucede con el primer hijo, que tiene un punto especial porque es quien nos hizo madres. No quiere decir que le quiera más o mejor, sino que es especial porque nos enseñó el camino. El segundo o el tercero serán especiales por otras cosas.

Sobre las pantallas, usted propone conectar con la propia infancia. Recuerda aquellas tardes en familia viendo una película, pero me temo que ahora el asunto es un poco más complicado.

¿Tú crees? Hablando con amigas, recordábamos cuando llegábamos a casa y nos chupábamos cuatro horas de tele. Es verdad que no teníamos el formato de pantalla que te llevas contigo, pero también hemos vivido lo nuestro. Los sábados por la mañana yo me levantaba sola, me encendía la tele y me veía el Club Disney. La cuestión es encontrar la moderación. Nuestros hijos van a crecer en un mundo digital, no hay escape. Tienen que aprender a hacer un buen uso.

placeholder Portada de la revista 'Time' sobre la lactancia materna.
Portada de la revista 'Time' sobre la lactancia materna.

Tomo prestada una frase de su libro: "No podemos ser María Montessori todo el rato".

Y además, como decía una amiga mía, ¡qué aburrido!. Somos humanas, experimentamos emociones, nos enfadamos, nos entristecemos, estamos contentas. Qué bonito que nuestros hijos nos vean así, no podemos ser educadoras continuamente.

Las madres y padres de hoy no tienen muy clara la diferencia.

Aquí es donde empieza el problema y a donde quiero llegar con el libro. A ser madre se aprende siéndolo, no hay otra manera. Podemos empaparnos, los libros nos ayudan, pero las cosas más importantes, lo que más marca la relación con nuestros hijos nos sale de manera intuitiva. Lo de hervirlo todo ayuda, pero eso no es ser madre.

¿Se está generando alguna patología por la manera que tenemos hoy día de ser madres?

Yo veo mucha hiperexigencia en las madres y a veces se lo trasladamos a nuestras criaturas también. Por eso estamos trabajando en rebajar expectativas, porque aunque sea con la mejor intención, nos estamos haciendo mucho daño. Si entras en la etapa más perinatal, es alarmante cómo está subiendo la depresión posparto. No tengo datos, pero es mi sensación como terapeuta. Hay algo que no estamos pudiendo sostener.

"No podemos ser María Montessori todo el rato. Y además, como decía una amiga, ¡qué aburrido!"

La sexualidad entre la pareja sufre tras la maternidad.

La crianza inevitablemente genera un terremoto en ese terreno. En algunas familias, el colecho se convierte en la excusa perfecta para no encontrarse en la cama.

En resumen, Paola, asumamos la crianza imperfecta.

Ese es el resumen del libro. Vayamos a disfrutar, abracémonos en las sombras y en las luces y, sobre todo, gocemos de este camino de la maternidad que tiene muchos momentos gloriosos también.

Paola Roig es psicóloga perinatal y psicoterapeuta, especializada en acompañar a las madres durante el embarazo, el puerperio y la crianza. Con su primer libro, 'Madre', animaba a las madres a escucharse y darse lo que necesitaban. Con el segundo, 'La crianza imperfecta' (Bruguera), se muestra compasiva con la maternidad actual. A través de la experiencia propia vivida en consulta (y también en casa con sus propios hijos), la terapeuta ha elaborado esta especie de antimanual en el que da a las madres un consejo universal: confía en ti, encuentra tu propio camino, no se puede ser perfecto. Hablamos con ella.

Mujeres influyentes