Adiós a la oruga procesionaria: los trucos más efectivos para proteger a tu perro

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Con la llegada de la primavera, los días se alargan, los campos florecen y los paseos con nuestros perros se vuelven más frecuentes. Sin embargo, esta estación también marca la aparición de un enemigo silencioso pero muy peligroso: la oruga procesionaria del pino. Este pequeño insecto, que se desplaza en fila india y suele encontrarse en zonas de pinares, representa una amenaza real tanto para los perros como para los humanos.

Las orugas procesionarias están cubiertas de pelos urticantes que, al contacto, pueden provocar graves reacciones alérgicas. En los perros, el simple roce puede causar irritación en la piel, inflamación en la lengua, salivación excesiva, vómitos, necrosis de tejidos bucales e incluso la muerte por asfixia en casos extremos. En humanos, especialmente en niños, los síntomas pueden ir desde urticaria y conjuntivitis hasta complicaciones respiratorias si se inhalan los pelos flotantes que desprenden estas orugas.

Para evitar estos peligros, hay varias precauciones que puedes tomar. La primera es evitar las zonas de pinos durante los paseos. Estas orugas construyen sus nidos en las copas de estos árboles, formando unas bolsas blancas muy visibles, similares a bolas de algodón. Si detectas una de estas estructuras, lo mejor es dar media vuelta y elegir otro camino. Además, es fundamental vigilar lo que tu perro olfatea o lame mientras camina. Aunque no veas a las orugas directamente, podrían estar en el suelo o cerca del tronco, por lo que una revisión visual constante puede marcar la diferencia.

Otra herramienta muy útil para los dueños de mascotas es la app FRIENDOG. Esta aplicación permite consultar un mapa colaborativo en el que otros usuarios reportan la localización de nidos y zonas peligrosas. Así, puedes planificar tus paseos con antelación y evitar lugares en los que se haya detectado la presencia de orugas procesionarias. También puedes contribuir tú mismo a la comunidad añadiendo una alerta si encuentras un nido, ayudando así a proteger a otros animales.

Si a pesar de todas las precauciones tu perro entra en contacto con una oruga procesionaria, es vital actuar con rapidez. No dejes que se lama ni se rasque, no intentes quitar los pelos con las manos desnudas, y lava la zona afectada con abundante agua templada. Después, acude de inmediato al veterinario, ya que el tratamiento temprano puede evitar complicaciones graves.

Aunque la presencia de estas orugas es estacional —principalmente entre febrero y abril, dependiendo del clima—, su proliferación ha ido en aumento en los últimos años debido al cambio climático. Por eso, mantenerse informado y actuar con prevención es la mejor forma de proteger a nuestros peludos. Esta primavera podrás dar paseos con tu perro más tranquilo y con seguridad.