Paellas en la playa

Pasar un buen día de playa en verano lleva asociado una serie de imprescindibles que, en mayor o menor medida, todos compartimos y disfrutamos. Ambiente relajado, las horas pasan más despacio, el sol calienta, el mar en unos casos bate las olas contra la orilla y en otros se mantiene calmado y en reposo. Hamacas sobre las que pasar tumbado largas horas disfrutando de una buena lectura o de literatura fácil que sepa entretenernos. Siestas infinitas de las que cuesta desperezarse; cañas y botellines de cerveza y tintos de verano en el chiringuito de turno. La paella, nuestro plato más reconocido y el que más unanimidad despierta entre la mayoría cuando elegimos nuestro preferido, va íntimamente ligada a la playa y el verano. Es la comida por excelencia en la época estival.

Sin ánimo de ser exhaustivo y solo a modo de ejemplo, les recomiendo algunos de los chiringuitos de playa de nuestra geografía en los que hemos disfrutado de un buen plato de paella mientras pasábamos el día al lado del mar.

Sol i Lluna, en Xeraco, Valencia

Aunque pueda ser difícil de creer, aún existen playas en el Mediterráneo que merecen la pena, que no están atestadas de turistas. Playas en las que la distancia con el resto de bañistas es más que prudencial y se puede guardar la intimidad del descanso de cada uno. A unos kilómetros de la bulliciosa y populosa playa de Gandía, se encuentra el pueblo de Xeraco, con una excepcional y magnifica playa, una de las pocas que realmente se pueden disfrutar en la zona. Allí hay un chiringuito, Sol i Lluna, hecho de brezo y maderas, con camas balinesas y hamacas, que bien podría estar en pleno Caribe. Como no tiene licencia para cocinar han llegado a un acuerdo con un restaurante cercano para ofrecer arroces a quien quiere pasar el día en el chiringuito. Diferentes menús que van desde los 18 a los 28 €, dependiendo del alcohol que incluyan, una buena ración de paella y fruta fresca.

El Palmeral y Las Palmeras, en Aguamarga, Almería.

En pleno Parque Nacional del Cabo de Gata, en el pueblo más bonito de la zona, Aguamarga, un privilegiado y exclusivo enclave de casas blancas junto al mar, coexisten dos chiringuitos en los lindes de la playa: El Palmeral y Las Palmeras. En ambos se puede disfrutar de buenos arroces negros y paellas de pescado.

Cherengueti en Mazagón, en Huelva.

Si en algún sitio son populares estos bares de playa es en Andalucía y en una de las mejores playas de la zona, salpicada con chiringuitos cada pocos cientos de metros, en Cherengueti, se sirve cerveza fría, buen tomate aliñado, marisco, frituras y pescado. Tras unas buenas entradas, nada como un arroz servido al centro para completar una buena jornada de playa.

El Puntal Tricio, en Somo, Santander.

En una interminable lengua de arena que discurre en paralelo a la zona más noble de la ciudad de Santander, tras unas dunas de pequeña altura tras las que se oculta de la vista, el chiringuito El Puntal, a unos metros del embarcadero donde atracan las lanchas que llevan bañistas desde la ciudad, es un punto de referencia de la zona y al que no solo se acude los días de sol, sino cuando el tiempo no acompaña para al menos disfrutar de una buena comida. Buenísimas almejas a la marinera, albóndigas de bonito, por supuesto buenas quisquillas y mejor pescado de la bahía, además de un buen arroz.