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Altea, una escapada gastronómica a la joya del Mediterráneo
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Altea, una escapada gastronómica a la joya del Mediterráneo

Altea es una joya asomada al Mediterráneo, de brillantes colores blancos y profundas tinalidades de azules; de buenos y frescos pescados de la bahía; restaurantes de diseño y de gastronomía auténtica

Foto: Altea. Foto: Capriles
Altea. Foto: Capriles

Altea es un enclave privilegiado asentado sobre un promontorio desde el que se distinguen los azules profundos del mar y las tonalidades que refleja el cielo. Para acceder al pueblo protegido por el recinto amurallado hay que atravesar sus Puertas originales, la Nueva y la Vieja, y entrar en un laberinto de casas blancas, brillantes que rodean la cúpula de azulejos de color turquesa de la iglesia en la parte más alta de la ciudad.

A escasos metros de la iglesia, la pastelería de Sabors, un lugar que sorprende porque tal vez que no esperas encontrar una pastelería y heladería de primera, de deliciosos helados artesanos, cremosos, ligeros y excelentes. Siéntate en su terraza y disfruta de sus pasteles y helados.

La Llar de Santos, en la calle Santa Bárbara, un callejón que mira hacia el mar y que inmortalizó Benjamín Palencia en un oleo de 1927 y que después imitaron otros pintores de renombre. La Llar es el restaurante más antiguo y para mí el mejor restaurante de la zona, porque Santos, su dueña, chef y alma del pequeño restaurante, atiende el negocio por el mero capricho de cocinar y dar de comer a quien ella entiende que va a disfrutar con su comida. Hay que dejar que Santos, nos sorprenda con las capturas del día que le hayan venido en la lonja, y que prepara sin disfraces, apenas el producto y el horno, poco más. Ella ama los sabores tal y como son y trata de servirlos desnudos, sin salsas ni ‘atrezos’ que distraigan del verdadero protagonista que siempre debe ser el producto. Ensaladas naturales con producto de su huerta, el pescado que nos recomiende y cualquier otra cosa que nos sugiera constituirán un menú perfecto

Nica es un restaurante en la que se ha cuidado mucho la decoración, muy original a base de buenos retratos de estrellas de cine con los que tapizan los respaldos de las sillas. Comprueba en cual te has sentado, Almodovar, Sean Conery, Audrey Hepburn, James Dean, Marliyn… De su carta unas gambas al ajillo buenas, tersas, con cuerpo; los rollitos de berenjena y queso parmesano; un risotto hecho con una combinación de varios tipos de arroz. Muy rico el Tataki de atún rojo con risotto de espárragos El confit de pato muy bien hecho, resulta tierno y sabroso.

Oustau, es uno de los clásicos desde hace al menos dos décadas, su decoración a base de cuadros de torsos masculinos en escorzos y su jardín interior le hacen un lugar muy agradable. Su carta de platos de carne, salsas y aderezos, es una buena opción.

La Pizzeria El Castel se encuentra en la animada plaza del mismo nombre, un restaurante que por su estructura y altura bien podría recordar un pequeño castillo. Cuenta con una muy agradable terraza exterior. Sus pizzas artesanas hechas en horno de piedra son excelentes. Nada mejor que sentarse pues en su terraza, una cerveza helada y buenas pizzas para una cena más ligera y rápida, pero muy rica.

Altea es un enclave privilegiado asentado sobre un promontorio desde el que se distinguen los azules profundos del mar y las tonalidades que refleja el cielo. Para acceder al pueblo protegido por el recinto amurallado hay que atravesar sus Puertas originales, la Nueva y la Vieja, y entrar en un laberinto de casas blancas, brillantes que rodean la cúpula de azulejos de color turquesa de la iglesia en la parte más alta de la ciudad.

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