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Victoria y Daniel, una historia de amor comprometida
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Victoria y Daniel, una historia de amor comprometida

Lo suyo no ha sido un cuento de princesas con final feliz, sino una carrera de fondo con muchos obstáculos. Sea como sea, Victoria de Suecia

Foto: Victoria y Daniel, una historia de amor comprometida
Victoria y Daniel, una historia de amor comprometida

Lo suyo no ha sido un cuento de princesas con final feliz, sino una carrera de fondo con muchos obstáculos. Sea como sea, Victoria de Suecia ha conseguido su sueño: casarse con el plebeyo Daniel Westling. Ayer la Casa Real confirmó que su princesa heredera y el empresario tenían planes de boda. Tras un compromiso que no llegaba por la desaprobación paterna, Victoria le dará el ‘sí quiero’ a principios de verano de 2010 a un joven sin sangre azul, muy cuestionado y criticado por su poco apego a su nuevo cargo (Ver álbum).

Si Letizia abandonó una prometedora carrera de periodista para ser Reina, Daniel deja en el camino una cadena de gimnasios levantada gracias a su relación con la princesa. La pareja se conoció en 2001, cuando la heredera intentaba superar sus problemas con la anorexia. Se apuntó a un gimnasio en el que Daniel era el instructor. Y entre clases de aeróbic y abdominales nació el amor, lo que significó el ascenso social de Westling. "No fue a primera vista, sino consecuencia de una amistad bella y entrañable", han reconocido en rueda de prensa. Gracias a sus nuevos contactos, consiguió levantar un pequeño imperio del deporte, locales donde asiste lo más granado de la sociedad sueca buscando el consejo del empresario.

Y este ha sido uno de los factores que ha mantenido a los suecos en vilo. Desde el principio, el Rey Carlos Gustavo, que tenía que aprobar la boda de su hija en última instancia, no ha visto con buenos ojos este enamoramiento real. Muchas han sido las tensiones provocadas por ello. Según algunos medios, incluso presionó a su hija para que abandonara a este joven, que nunca ha participado en un acto de la Familia Real sueca, una especie de veto del que ha salido airoso. Sin embargo, ha dicho que acoge con "los brazos abiertos" a su nuevo yerno, que sólo había acompañado a su novia en alguna boda privada. "Hemos conocido a Daniel y advertido que es un hombre que trabaja de forma dura y seria", dicen ahora.

Durante años, los tabloides suecos han aireado los defectos de Westling, que nunca ha contestado a estas acusaciones. Para unos, se trataba de una persona algo ruda, poco preparado para atender compromisos oficiales y sin conocimientos de idiomas o protocolos. Para otros, simplemente no era la persona adecuada para acompañar en su vida real a Victoria. Sin embargo, a sus casi 32 años, la princesa está casi obligada a dar un heredero al país para asegurar la monarquía. Además, sus hermanos no pueden pasar por el altar hasta que lo haga ella, algo que tiene bastante enfadada a la pequeña Magdalena.

Después de este compromiso oficial, sellado con una foto de grupo con los Reyes, la cuenta atrás ha comenzado. Lo primero es elegir una fecha en 2010 en la que puedan asistir el mayor número de representantes posibles. Eso supone cuadrar muchas agendas. Además, hay que elegir vestido, banquete, fiestas previas y, sobre todo, una buena campaña de imagen para Daniel, que necesita ganarse el favor de sus futuros súbditos. Pese a todo, es un gran desconocido.

Lo suyo no ha sido un cuento de princesas con final feliz, sino una carrera de fondo con muchos obstáculos. Sea como sea, Victoria de Suecia ha conseguido su sueño: casarse con el plebeyo Daniel Westling. Ayer la Casa Real confirmó que su princesa heredera y el empresario tenían planes de boda. Tras un compromiso que no llegaba por la desaprobación paterna, Victoria le dará el ‘sí quiero’ a principios de verano de 2010 a un joven sin sangre azul, muy cuestionado y criticado por su poco apego a su nuevo cargo (Ver álbum).