Poco tiempo y prisas. Es lo normal para cualquier presentador de los Goya, pero en el caso de Manel Fuentes, que este año recoge el testigo de Eva Hache, se ha visto multiplicado. “Ha sido un año intenso a nivel profesional y personal, con algún problemilla de salud en casa de mis padres y con mucho trabajo en la tele, con nuevos proyectos, pero a los Goya, y justamente este año, no podía decirles que no. Estoy muy feliz de hacerlo”, asegura a Vanitatis telefónicamente, a punto de coger un avión que lo lleva de vuelta a Barcelona tras haber acudido fugazmente a los ensayos que se celebran en Madrid.