Este domingo, Carmen Franco ha sido despedida por sus familiares y amigos en un funeral que ha tenido lugar en la catedral de la Almudena de Madrid. Allí, en una cripta perteneciente a la familia, es donde reposarán para siempre los restos mortales de la hija del dictador junto a los de su marido, el marqués de Villaverde.

[Lo que nadie sabe de la herencia de Carmen Franco]

Uno de los primeros en llegar al sepelio era su hijo Jaime, que portaba una urna con las cenizas de Carmen, que fue incinerada el sábado en una ceremonia a la que también acudieron gran parte de sus familiares. En esta ocasión, fueron muchos los amigos que quisieron darle el último adiós. Entre los que asistieron al sepelio estaban, además de familiares como sus hijas Carmen y Mariola o su nieto Luis Alfonso, personalidades como Enrique Ponce y su mujer, Paloma Cuevas. Su exnuera, Nuria March, también acudió con su hijo, dada la buena relación que mantenía con la duquesa.

La hija de Franco fallecía este viernes a los 91 años de edad, tras anunciar ella misma, en declaraciones a un medio, que padecía un cáncer terminal. Su familia no se despegó de ella en los últimos meses y por ello era frecuente verles acudiendo al domicilio de la calle Hermanos Bécquer en el que vivía. En una reciente entrevista, su hija, Carmen Martínez Bordiú, aseguraba que querían arovechar hasta el último minuto con ella. Y así ha sido hasta el fatal desenlace.