El lenguaje corporal de la infanta Sofía en la Eurocopa: de sus carcajadas amortiguadas a por qué no quiso coger la copa

La presencia de la infanta Sofía en la final de la Eurocopa ha traído muchos titulares. Involuntariamente, la hija pequeña de los Reyes de España se convirtió en la protagonista de la jornada para algunos medios, al igual que George, el hijo del príncipe Guillermo y Kate Middleton, quien acompañó a su padre a la final que enfrentó a España e Inglaterra, y que acabó con la victoria de la Roja.

Hubo varios momentos protagonizados la infanta Sofía que llamaron la atención, como las carcajadas que compartió con su padre en el palco o el hecho de que no quiso coger la Copa, a pesar de que el Rey insistió en varias ocasiones. Para saber qué hay detrás de estas imágenes hemos consultado a Cristian Salomoni, director del Instituto Internacional de Análisis de la Conducta y experto en comunicación no verbal, quien las ha analizado para Vanitatis.

"Es, a nivel comunicativo, una muy buena decisión que el Rey acudiese acompañado por su hija. En las imágenes se nota que hay una gran complicidad entre ellos por las sonrisas que comparten durante el partido. Es evidente que fueron a pasárselo bien, pero también había esos nervios tan típicos de un partido tan importante como la final de la Eurocopa. Entre ellos hay conexión. Hay un momento en el que Sofía arranca una inevitable carcajada y, consciente de dónde se encuentra, intenta amortiguarla tapándose la cara con las manos", explica.

Sobre las palabras que la infanta Sofía pronunció para RTVE, Salomoni asegura: "Lo hizo muy bien. Tuvo una contestación muy preparada, como muy profesional. Se nota que le gusta el fútbol y que entiende de lo que habla. Y mientras está respondiendo, el Rey la mira con cara de orgullo. Felipe VI es padre de dos hijas que tienen un papel muy diferente dentro de la Casa Real. Leonor es la heredera y la futura Reina y Sofía no tendrá las mismas responsabilidades que su hermana mayor".

Para Salomoni, este detalle es importante, pues considera que ese es el motivo, el ser la infanta y no la heredera, por el que no cogió la Copa cuando su padre se la ofrecía: "Ella no quería protagonismo. Quería estar entre bambalinas, como espectadora. Quiere apoyar a la selección, no quiere ser el centro de la noticia, no es su papel. Es una chica comedida y quería darle toda la atención a su padre y a los jugadores".

Y continúa: "Cuando el Rey insiste e insiste se queda como un tira y afloja. Quizás el Rey tendría que haberla avisado antes. Y es que a pesar de estar en pleno festejo, en este tipo de actos creo que lo mejor es improvisar poco, que todo esté un poco marcado porque si no puede desenfrenarse. Pero al final ha quedado en una anécdota divertida y ya está".

Es cierto que, durante la final del Mundial de fútbol femenino de Sídney, cuando España se hizo con el oro, Sofía sí cogió la copa, se se la vio mucho más desenvuelta, pero también porque su madre, la reina Letizia, lo estaba. De hecho, las jugadoras la animaron coreando "que bote la Reina, que bote la Reina". En esta ocasión, su actitud fue más formal y ajustada al acto.