Del yate de lujo de Valentino a los Juegos Olímpicos: Máxima de Holanda se deja ver (por fin) en París

Casi tres semanas después de que comenzaran sus vacaciones en Grecia, los reyes de los Países Bajos han tenido que hacer un pequeño paréntesis por un motivo de peso. Aunque con matices, porque no lo han hecho por igual. Con Guillermo Alejandro presente en los actos previos a la inauguración de los Juegos Olímpicos, Máxima de Holanda se ha dejado ver (por fin), llegada directamente del yate de Valentino.

Ni asistió a la cena organizada por el COI en el Museo del Louvre, como sí hicieron sus homólogas Letizia, Mary de Dinamarca, Matilde de Bélgica o Charlène de Mónaco, ni tampoco a la recepción previa organizada por el matrimonio Macron en el Palacio del Elíseo. Máxima ha preferido asistir directamente a la gala inaugural, donde la hemos visto vistiendo el uniforme del equipo olímpico y junto a los reyes daneses.

Pero claro, es que la argentina tenía unos planes bastante mejores y menos protocolarios. Porque, tal y como hemos podido saber, Máxima ha estado a bordo del yate de Valentino, un objeto de deseo en vacaciones para las vacaciones para aquellos que presumen de estar en la agenda de contactos del diseñador. Teniendo en cuenta que fue el creador de su vestido de novia, el vínculo está más que claro. Tanto, como para que haya sido una de las invitadas a su súper yate.

Sitio, desde luego, hay de sobra en el TM Blue, que es como se llama la embarcación de lujo, en homenaje a los padres del diseñador. Porque hay cinco espaciosos camarotes que pueden alojar cómodamente a diez invitados, y cuenta con diferentes estancias con todo tipo de detalles, incluyendo obras de arte originales de nombres como Andy Warhol.

Se desconoce si Máxima ha pernoctado en este barco, pero lo que es seguro es que ha surcado las aguas griegas invitada por el icónico diseñador, ya que existen fotografías de la reina de los Países Bajos en cubierta. Lógicamente, no se las podemos enseñar por temas de derechos de autor, pero sí les podemos contar que luce un vestido de estampado geométrico que imita a un mosaico en tonos azules y grises y numerosas y vistosas piezas de joyería, en su mayoría doradas.

El yate salía este jueves del puerto del Pireo y ha recorrido toda la costa griega hasta el lado opuesto del país, donde se encuentra en estos momentos, ya sin su invitada más royal a bordo, puesto que esta misma tarde aparecía, por fin junto a su marido, en la gala inaugural de los Juegos Olímpicos.

Máxima ha optado por el mismo plan que la reina Letizia y se ha incorporado directamente a las gradas preparadas para los invitados más importantes colocadas a orilla del Sena, donde se ha desarrollado el desfile de los equipos olímpicos. Pero una y otra han optado por looks muy diferentes, ya que la Reina lucía un alabado diseño de Carolina Herrera que estrenaba el año pasado y su homóloga lucía el uniforme de calle de los deportistas neerlandeses.

Así, el naranja ha sido el color más predominante en su estilismo, a juego con la corbata de su marido, ese tono tan directamente vinculado a la familia real holandesa. En el caso de Máxima, la veíamos con traje de chaqueta en azul marino y camiseta blanca básica, con el escudo del equipo bordado. El naranja, en este caso, lo lucía tanto en el chubasquero como en el fular, elementos que no han venido nada mal teniendo en cuenta la lluvia que ha acompañado la inauguración.

El toque personal lo ha puesto con las joyas. Por un lado, los pendientes, en el mismo color y en forma de flor, compuestos por piedras naturales de diferentes tonos. Por otro, una pulsera con el nazar, el ojo tan famoso en Grecia y Turquía que se utiliza como amuleto para proteger contra el mal de ojo. Realizada en oro amarillo, la pulsera presenta diamantes así como pequeños zafiros. Máxima tiene esta pulsera desde 2015 y no ha dudado en lucirla este viernes en París, quizá con la idea de desear suerte al equipo nacional.