La noche parisina de Felipe y Letizia: discurso con mención a sus hijas, un look j'adore Dior y un reencuentro royal en el Louvre

La monumental París ya está preparada para que arranquen los Juegos Olímpicos 2024. La Torre Eiffel se encuentra perfectamente iluminada, el Sena, inmaculado -en teoría- para las competiciones de agua, y las calles abarrotadas de coches de alta gama que llevan y traen a Jefes de Estado llegados de todas las partes del mundo para el evento. Aunque el plato fuerte será este viernes con la ceremonia inauguración, que tal como señaló el rey Felipe "va a ser muy original", este jueves ya hubo varios actos en la conocida como Ciudad de la Luz.

El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, agasajó a los mandatarios con una cena en uno de los puntos más espectaculares de París, el museo del Louvre. Uno a uno, y acompañado por su mujer, Claudia, a la que iba presentando, Bach saludó a todos sus invitados, entre ellos once miembros de la realeza. Don Felipe y doña Letizia fueron de los últimos en llegar y desfilar por la alfombra roja montada frente a la famosa pirámide de cristal, ya que antes habían cumplido con otro acto oficial.

Los Reyes de España quisieron reunirse con una representación del equipo español participante en los Juegos para transmitirles su apoyo en la embajada. Así lo hizo el propio don Felipe en un discurso que pronunció tras las palabras del embajador español en Francia, Víctor Redondo, y el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco."Tenemos los mejores Reyes en el deporte, y a los mejores Reyes como modelo", aseguró Blanco, señalando a don Felipe y doña Letizia mientras pronunciaba estas últimas palabras.

El Rey, aunque tenía un discurso preparado en unas hojas, quiso improvisar, dando ánimos a los allí presentes y recordando que los miembros de la familia real española estarán en París durante las próximas semanas, alternándose, para no perderse casi ninguna de las competiciones. "Nos vamos a distribuir entre miembros de la familia, la Reina y yo, las infa...", y en este momento se detenía, al darse cuenta de que iba a pronunciar "las infantas", refiriéndose así a sus dos hijas, una fórmula que se utilizaba en el pasado, pero no desde 2014 cuando Leonor se convirtió en Princesa de Asturias.

El Rey retomaba entonces la frase y rectificaba: "...la infanta, la Princesa y la reina Sofía. No estaremos en todas (las competiciones), pero sí posiblemente en la mayoría". Y continuaba, recordando que hay algunos encuentros que ya han empezado, y la derrota de "nuestras chicas de balonmano que han tenido un magnífico partido, pero por uno no han logrado ganar a las brasileñas, pero tienen todo el torneo por delante y seguro que van a dar grandes alegrías".

El monarca dio las gracias por su presencia a la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, antes de saludar a los allí presentes. Muchos de ellos estaban deseosos de fotografiarse con los Reyes de España, y ellos accedieron encantados. Incluso doña Letizia pudo hacerse una foto con el equipo de Radio Televisión Española que cubrirá esta edición de los Juegos Olímpicos, entre los que se encontraban antiguos compañeros suyos.

Doña Letizia quiso rendir un homenaje a la moda francesa con un look completo de Dior, una firma en la que hasta la fecha no había confiado. La Reina lució un vestido cedido por la maison de la colección Dior Alta Costura Spring-Summer 2024, creada por Maria Grazia Chiuri. Se trata de un diseño compuesto por un top de terciopelo negro bordado con pedrería con escote halter, con una falda acampanada de seda y línea A bordada con paillettes y cristales.

Los complementos también eran de Dior, en concreto, las sandalias modelo Adiorable, de tacón cómodo de cuatro centímetros, con lazo de grosgain en la parte delantera, y un bolso negro, bautizado con el nombre My Dior. Por unas horas, y en un guiño a Francia, doña Letizia se convirtió en Lady Dior.

Este look fue el mismo que la Reina lució en la cena posterior en el Louvre, a la que los Reyes llegaron a última hora. El primero de los invitados en desfilar por su alfombra roja fue Guillermo Alejandro de Holanda. Sin la compañía de Máxima, quien si estará presente este viernes en la inauguración, el rey hizo su entrada tan pronto que no había ni llegado Thomas Bach. Una de las azafatas le comentó que había llegado cinco minutos antes y, mirándose el reloj, comentó bromeando: "Soy demasiado holandés".

Momentos después llegaban Federico y Mary de Dinamarca, para alivio de Guillermo Alejandro, quien ya encontró alguien con quien conversar. Los reyes venían de otro acto, pues por la tarde, estuvieron inaugurando la villa olímpica en la que se hospedará el equipo danés. Entre otros Jefes de Estado de todo el mundo, estuvieron también Felipe y Matilde de los belgas, Enrique y María Teresa de Luxemburgo y Alberto y Charlène de Mónaco.

Durante el saludo con Thomas Bach y su esposa, el presidente aprovechó para recordar que don Felipe siempre pertenecerá a la familia de los Juegos Olímpicos, por su participación en ediciones anteriores. Y añadió, mirando a la reina Letizia "y tú también". Tras ellos, los Reyes accedieron al Louvre y ocuparon su lugar en una mesa larga, en la que se sentaron junto al rey Guillermo Alejandro. Durante el banquete, el presidente Macron tomó la palabra para dirigirse a todos los mandatarios presentes.

Todo esto dio de sí las primas horas de don Felipe y doña Letizia en París. Este viernes por la tarde, asistirán a una recepción ofrecida por el presidente Macron y su esposa, Brigitte, en el Palacio del Elíseo, y ya después no se perderán en Trocadero, frente a la Torre Eiffel, la ceremonia de inauguración.