“Veníamos de perderlo todo”: tres firmas valencianas nos cuentan cómo la reina Letizia las ha ayudado tras la DANA

Un año después de la devastadora DANA que arrasó buena parte de la Comunidad Valenciana, tres firmas locales han encontrado en doña Letizia un apoyo constante que ha marcado la diferencia en su recuperación. Yolanda Guillén, Singularu y Aloha Benetússer han visto cómo la visibilidad y el respaldo público de la Reina les ha permitido superar los efectos de la riada y recuperar fuerza y confianza. A lo largo de estos meses, doña Letizia ha convertido sus apariciones en un gesto de solidaridad, mostrando que la moda puede ser también un motor de esperanza y ayuda.

Yolanda Guillén es la primera protagonista de estas historia de superación. La diseñadora valenciana lo perdió todo durante la DANA, pero su talento y determinación le permitieron renacer. Doña Letizia lució uno de sus vestidos, un modelo azul oscuro con frunce en la cintura y largo midi en el homenaje a las víctimas de la riada de este miércoles. Guillén explica: “Es un honor, un orgullo para mí y para todo mi equipo. En un día tan triste como el primer aniversario de la DANA, ella me ha traído ilusión y felicidad”.

No era la primera vez que la Reina ha confiado en Guillén. Durante su visita a Guadalupe (Cáceres) en mayo, llevó un vestido camisero con estampado floral de la diseñadora. Guillén recuerda: “Veníamos de perderlo todo… vestirla fue un regalo y una ayuda impresionante. Gracias a la Reina conseguimos mandar unidades de aquel vestido a países americanos y a trece países europeos”. La visibilidad internacional y el reconocimiento que le ha dado la Reina han convertido a Guillén en un símbolo del renacer de la moda valenciana.

“Las ventas de los pendientes que llevó subieron en horas"

La joyería Singularu, con sede en Picanya, vio cómo la DANA destruía por completo su almacén y oficinas. La Reina ha lucido varios modelos de la marca, dándoles visibilidad y respaldo público. Desde la firma explican: “Ha sido un año muy intenso, pero también de superación. Hoy podemos decir que Singularu está más fuerte que nunca gracias al esfuerzo del equipo, el apoyo de nuestros proveedores y, sobre todo, al cariño de nuestras clientas”.

Que la Reina lleve sus joyas ha tenido un impacto inmediato. “Que la reina Letizia haya lucido nuestras diseños fue un orgullo enorme y un impulso de visibilidad que llegó justo cuando más lo necesitábamos. Más allá del impacto mediático, supuso un gesto de apoyo que nos dio fuerza para seguir adelante y nos hizo sentir muy acompañados”, destacan desde la marca.

El reconocimiento no se limita a cifras, aunque el efecto en la marca fue notable: “Las ventas de los pendientes que llevó aumentaron en cuestión de horas, y la visibilidad en redes y medios se multiplicó. Pero más allá de los números, lo que más valoramos es el reconocimiento y la empatía que esto nos ha transmitido”. Para Singularu, el apoyo de la Reina ha sido un punto de inflexión en su recuperación tras la DANA.

"Me incrementaron los seguidores un 20%"

El tercer ejemplo es Aloha Benetússer, la tienda multimarca que sufrió pérdidas de hasta 400.000 euros en género tras la riada. Francis Mandingorra, la propietaria, contó hace unos meses a Vanitatis cómo la estilista de la Reina se puso en contacto con ella para lucir un diseño negro con manga larga, largo midi y botonadura delantera de la firma Marta in Brazil. Con los pocos recursos disponibles, envió el vestido tal como apareció en Instagram, lleno de barro, y finalmente doña Letizia lo lució en dos actos, primero en el funeral de Valencia como en un concierto en recuerdo de las víctimas del terrorismo.

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Núria Tiburcio

El gesto de la Reina tuvo un efecto directo en la visibilidad de la tienda. “Me incrementaron los seguidores de Instagram un 20%”, asegura Mandingorra, destacando cómo un acto simbólico puede traducirse en un apoyo real. La atención mediática y el respaldo público ayudaron a que la tienda recuperara parte de su presencia y confianza en el mercado.

Para Aloha Benetússer, el apoyo de la Reina ha sido también un impulso emocional. Mandingorra recuerda cómo vivió la DANA: “Yo estaba en la tienda, como siempre, y recibí la llamada de mi hija que vive en Massanassa. Me avisó de que se había desbordado el barranco y me pidió que me fuera a casa. Vivo a 600 metros de la tienda, así que al empezar a ver a la policía y el caos decidí cerrar el local e irme a mi casa, que es un cuarto piso, aunque el agua allí llegó hasta 2,20 metros", explica.

"Lo recuerdo todo como un sueño. Los vecinos de los pisos inferiores subieron a casa, había muchos niños y mucho caos. Y al día siguiente fue peor porque nadie vino a ayudar. Estábamos sin luz, sin agua y sin nada. A la tienda no pude ir pasados cuatro o cinco días. Los vecinos me contaron que habían intentado saquearla en varias ocasiones, y aunque se habían llevado algunas cosas el robo no había sido importante. Igualmente, todo estaba destrozado. Las estanterías caídas, los muebles flotando... El agua alcanzó los 1,50 metros", explica aún emocionada.

Estas tres firmas y sus testimonios son la demostración de cómo la Reina ha convertido la moda en una herramienta de apoyo tangible, mostrando que luciendo sus prendas puede ser una forma de ayudar a las empresas locales a recuperar visibilidad y confianza. Un año después de la DANA, su armario habla de resiliencia, reconstrucción y cercanía, dejando claro que incluso en los días más tristes, la moda puede ser un gesto de esperanza.