Por qué Whitney Houston está más de moda en España que los 'spinners'

Estos días, es difícil ir por las calles de España y no toparse con algún niño con un 'spinner'. También lo es ir al cine y el teatro o encender la televisión y no toparse con Whitney Houston. La cantante se ha convertido en un icono capaz de traspasar la frontera del tiempo, tal y como demuestran varios acontecimientos que se entrecruzan en nuestro país.

El primero es 'La llamada', la película que todo el mundo quiere ver este fin de semana y que 'amenaza' con convertirse en uno de los grandes éxitos del año. Los Javis, Javier Ambrossi y Javier Calvo, han declarado en más de una ocasión que son grandes admiradores de la cantante. Y por eso decidieron que la protagonista de su musical recibiese señales de un Dios que le canta canciones de Whitney.

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Jose Madrid

El segundo dato que demuestra que Whitney está de moda es el musical 'El guardaespaldas', que se ha estrenado con gran éxito esta misma semana. Las canciones de la estrella copan el espectáculo, que adapta la película de mayor fama de la estrella. El tercero es un documental ofrecido por Netflix, 'Can I Be Me', que descubre cómo fue la vida de la actriz y cantante desde que se convirtió en un icono pop hasta que la adicción a las drogas la acabó llevando hacia el ocaso. La película revela facetas desconocidas de la estrella. Y lo hace desde el propio título, ya que ese '¿Puedo ser yo?' era la frase que repetía continuamente cuando la obligaban a hacer algo que no quería.

Y ese fue su gran 'vía crucis' y el que el público no conoció: el de giras interminables, entrenadores para su voz, prohibición absoluta de hablar sobre su vida privada y un consejo que siempre le daba su representante y que hoy nos escandalizaría: “No parezcas 'demasiado' negra”. El documento también revela que creció en un hogar donde jamás faltaba crack, lo cual hizo que tuviese las drogas demasiado al alcance de su mano. Cuando sufrió un aborto tras 'El guardaespaldas', sus agentes la obligaron a seguir trabajando. Quizá por ese mismo motivo, ni siquiera tuvo fuerzas para recuperarse y recibir un tratamiento digno. Si se tomaban un tiempo para rehabilitarla, se acababa la gallina de los huevos de oro.

De ahí que el documental muestre a la Whitney más espontánea e incida en el gran drama de su vida: nunca la dejaron ser ella misma. En 2012, y con 48 años, se la encontraban muerta en una bañera. Puede que ni ella misma llegase a imaginar que, tiempo después de su fallecimiento, su figura seguiría siendo motivo de homenajes y protagonista de musicales, películas y documentales. Sin embargo, y tal como muestra este último, su figura sigue siendo un misterio. Al fin y al cabo, nunca pudo ser quien ella quería.