Llega el ‘flower power’: cambie su tejado por plantas

Cada año Ibiza recibe a vips de toda calaña para celebrar su fiesta flower power. Sin embargo, hace ya décadas que el verano del amor se pasó y el verdadero poder de las plantas ya no es el alucinógeno, sino su capacidad como reguladoras del medio ambiente. Hartos del agobio de la vida urbana, buscamos cada día más su cercanía y los modos más variados para incluirlas en nuestra vida diaria. El jardín vertical instalado en junto a la fachada del CaixaFórum de Madrid sólo fue un aviso, pero ahora todos podemos recubrir nuestra casa con cubiertas ecológicas vegetales.

Las cubiertas vegetales consiguen tirar abajo esa eterna dicotomía entre el rojo y el negro, entre la teja y la pizarra, entregando a nuestras viviendas el arcoiris que la vida vegetal nos regala, pero no sólo eso. Además suponen un ahorro energético considerable.

 

Intemper, la única empresa que comercializa estos peculiares tejados en España, ha desarrollado un estudio en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid y los resultados son contundentes. Durante el verano la cubierta vegetal dificulta la entrada de calor en el edificio y en invierno ocurre justo al contrario: la gran inercia térmica del sistema obstaculiza la pérdida de calor.

Pero si por algo destacan las cubiertas vegetales es por su valor ecológico. Las plantas actúan como reguladores térmicos naturales y como auténticos ‘sumideros de CO2’ gracias al proceso de fotosíntesis. Además sirven como refugios seguros para conservar las especies autóctonas y gracias a la posibilidad de añadirles un aljibe reducen el consumo de agua para usos auxiliares.

No sólo los tejados pueden aprovecharse de las cubiertas vegetales, también las fachadas. Es verdad que enredaderas las ha habido toda la vida, pero las propuestas para cubrir las paredes exteriores de la vivienda con elementos modulares permiten realizar una instalación cómoda y sencilla y obtener las mismas ventajas que con los ‘tejados verdes’. Sus características son parecidas a las de las cubiertas, aunque a diferencia de los sistemas con aljibe, estas necesitan un sistema de riego automatizado.

Cubrir de verde nuestras viviendas es algo más que un capricho estético: supone también una acción directa en la conservación del medio ambiente, un gesto de solidaridad con el planeta en el que vivimos y las generaciones que están por llegar. Ese mismo espíritu colaborador es el que ha llevado a Intemper a patrocinar el lanzamiento de una pulsera solidaria diseñada por Chus Burés. Elaborada en algodón orgánico y plata, sus beneficios irán destinados a proyectos de potabilización de agua en Mali y promete convertirse en uno de los regalos más ‘puros’ para estas navidades.