Adiós al desorden: el truco con muebles de IKEA que usan los interioristas en pisos pequeños

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Vivir en un piso pequeño no significa renunciar al confort, ni mucho menos al diseño. Al contrario: con las elecciones adecuadas, cada metro cuadrado puede brillar con luz propia. Los interioristas expertos en optimizar espacios reducidos coinciden en que la clave está en apostar por muebles versátiles, compactos y visualmente ligeros, capaces de adaptarse a diferentes usos sin recargar el ambiente. En este terreno, IKEA se ha consolidado como un verdadero aliado.

Uno de los secretos mejor guardados para ganar metros útiles sin sacrificar estilo es optar por piezas multifuncionales, como la mesa de pared Norberg. Su diseño minimalista y su sistema de plegado fácil permiten crear en cuestión de segundos una zona de trabajo, de desayuno o incluso de comedor. Cuando no se necesita, se recoge en un solo gesto, liberando el espacio para otros usos. Es la solución ideal para cocinas pequeñas o salones donde cada centímetro cuenta.

El almacenamiento es otro de los grandes retos en viviendas de pocos metros. En este sentido, el módulo Eket se convierte en un comodín perfecto. Su formato cúbico permite infinitas composiciones, tanto apoyado en el suelo como anclado a la pared. Disponible en un sobrio color blanco, ayuda a mantener la sensación de amplitud y orden tan deseable en espacios reducidos.

En el baño, donde el espacio suele ser aún más escaso, la estantería Vesken demuestra que la funcionalidad no está reñida con el diseño. Su estructura alta y estrecha cabe en rincones imposibles, proporcionando almacenamiento para todos los productos de higiene diaria. Además, su material resistente al agua y sus baldas con bordes elevados garantizan que todo permanezca en su sitio.

Para dar un toque de calidez y naturalidad, muchos interioristas recomiendan incorporar materiales como el bambú. La estantería Rågrund, gracias a su resistencia a la humedad, resulta ideal para zonas húmedas como el baño, pero también encaja a la perfección en lavaderos, terrazas cubiertas o dormitorios pequeños que buscan un aire relajado y acogedor.

La conclusión es clara: vivir en un espacio reducido no implica renunciar a la comodidad ni al estilo. Con muebles bien escogidos, soluciones de almacenaje inteligentes y materiales que aporten calidez, cualquier piso pequeño puede transformarse en un refugio funcional, bonito y lleno de vida.