Entramos en la mansión de Elsa Pataky en Australia, donde está pasando la cuarentena

Si tuviéramos que elegir un lugar del planeta donde pasar la cuarentena, la casa de Elsa Pataky y Chris Hemsworth en Australia estaría en la lista de muchos de nosotros. Un auténtico paraíso al pie de la playa, rodeado de palmeras y vegetación salvaje, donde el matrimonio se instaló para criar a sus hijos alejados de las cámaras y del mundanal ruido.

Situada en un terreno de más de cuatro hectáreas en la reserva federal de Broken Head, a una hora y media en coche de Brisbane, esta mansión de más de 18 millones de euros en Byron Bay es el lugar perfecto para ver crecer a sus tres pequeños: India, de ocho años, y los gemelos Tristan y Sasha, que acaban de cumplir 6.

La casa tiene absolutamente de todo: sala de juegos, de cine y chimenea, un gimnasio para que Thor no pierda la forma física, una cocina donde poder experimentar y, por supuesto, una piscina infinita con vistas a la reserva y al mar.

En definitiva, un paraíso que este matrimonio, uno de los más solventes de Hollywood, construyó con todo lujo de detalles y que ahora, gracias al confinamiento, hemos podido conocer un poco más por dentro.

La cocina

Una de las partes de la casa que más hemos visto durante estos días es la amplia cocina de la familia. Un espacio en el que hemos podido descubrir una nueva faceta de Pataky, la de cocinera de pizza, uno de los entretenimientos con los que ha mantenido ocupados a sus hijos.

Unos niños imaginativos e imparables que no encuentran obstáculos a la hora de conseguir sus tesoros más preciados (como los dulces).

Una cocina que se completa con una isla terminada en barra de desayuno abierta al salón y con una sensación de amplitud inigualable.

El salón

El salón, aparte de la zona de cocina, cuenta con otros tres grandes espacios. Uno de comedor, para recibir a más de una docena de amigos, y dos de salón, con grandes sofás y donde poder organizar fiestas, encuentros y hasta discotecas improvisadas.

Toda la estancia está rodeada de grandes ventanales, por donde entra una luz increíble y que brindan una sensación maravillosa de estar en medio de la selva.

El jardín

La casa, construida como decíamos en medio de una reserva natural, no necesita de grandes jardines para que sus habitantes se sientan en plena naturaleza. Con el césped perfectamente cuidado y todo de color blanco, maderas sin tratar y minimalista. Nos encanta.

Terraza con vistas

Y cómo no, las vistas desde la terraza y prácticamente desde cualquier ángulo de la casa son increíbles: el mar, la playa, la reserva... Mires donde mires, el lugar es el mejor elegido de la tierra.

La piscina

Y como colofón, la piscina, de borde infinito y color turquesa.

Una casa de la que no salir nunca aunque se termine la cuarentena.