La casa de Bimba Bosé y Diego Postigo sigue a la venta con un precio "negociable"

“El precio es negociable, esta casa lleva mucho tiempo en venta”. La inmobiliaria que tiene el chalé en el que vivía Bimba Bosé no encuentra comprador. La mansión de 300 metros cuadrados en pleno Viso (uno de los barrios más exclusivos de Madrid) cuesta 2,5 millones de euros, una cantidad parecida a la de otras propiedades similares. Pero no hay manera. Cuando la cantante y modelo falleció, en 2017, la casa en la que había vivido con su ex, Diego Postigo, salió al mercado.

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Ya en marzo, Idealista anunciaba en su web la rebaja de precio que había sufrido la propiedad. El diseño rompedor de la casa corrió a cargo del estudio Aka, propiedad de Gorka Postigo, hermano de la expareja de Bimba, Diego Postigo, propietario actual del inmueble. La vivienda se puso a la venta en febrero de 2017 por 2,75 millones de euros y en primavera volvió con una pequeña rebaja de 2,5 millones de euros. Un precio, como decíamos, “negociable”.

Según la inmobiliaria que vende ahora la casa, se trata de un chalé “con calidades de alto standing y con reforma integral con mucho gusto y personalidad, en las que predominan el acero, el cemento y la madera. Muros y tuberías vistas, lo que le confiere un aire muy especial y de gran modernidad. La propiedad ha sido objeto de estudio en revistas de decoración”.

Casa de revista

La casa tiene 280 metros cuadrados útiles y una parcela de 150 metros. Cuenta con un jardín con “porche cubierto y existe la posibilidad de hacer una piscina”. La vivienda tiene cuatro habitaciones y tres baños, una de ellas de servicio en la zona de la cocina. “La suite principal”, añaden desde la inmobiliaria, “en la planta alta tiene terraza con vistas espectaculares y un baño muy amplio abierto con zona de ducha y wc separado. Una propiedad singular en la mejor zona del Viso”.

Nada en el que fuera hogar de Bimba se dejó al azar. La casa apareció en las mejores revistas de decoración, como 'AD', y hasta tenía botes de spray en el baño para que los invitados pintaran grafitis en la pared.

La casa se retiró del mercado y se puso en alquiler, pero ahora vuelve a estar en venta.