Los dos grandes amores de Arturo Fernández (y un romance de cine)

Todo un seductor en las cortas y las largas distancias, Arturo Fernández ha bajado el telón a los 90 años, dejando atrás una prolífica carrera teatral, televisiva y, aunque menos conocida, también en el cine.

El actor asturiano, que encarnaba a la perfección el rol del galán clásico que tantas veces llevó a las tablas, tuvo una vida sentimental mucho menos agitada de lo que a primera vista cabría esperar.

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Fueron dos las mujeres más importantes de su vida. La primera, la madre de sus hijos, la catalana María Isabel Sensat Marqués, con quien se casó el 22 de marzo de 1967 en la iglesia de San Vicente de Montalt de Barcelona y se separaron en 1978. Tuvieron tres hijos: María Isabel, que nació unos meses después de su boda; tres años después llegó Arturo y en 1973, María Dolores. Muy discreto siempre, nunca trascendieron los motivos de su ruptura.

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El actor mantenía una excelente relación con sus hijas y adoraba a sus nietos, como reconocía en una entrevista con Rosa Villacastín en 2017. "Mis hijas se han formado para ser independientes. Igual que mis nietas. Si además tienen una vida familiar estable y feliz, pues estupendo, porque es la situación ideal... pero que eso no sea la única meta (...) Tengo la inmensa suerte de tener tres nietas y un nieto que son maravillosos. Las dos mayores, ya unas bellísimas señoritas que son un peligro -como el abuelo, ¡se salen de guapas!-. Un nieto encantador y listísimo, ¡no salió a mí! Y una nieta de cuatro años genial, que apunta maneras de actriz", manifestaba con humor.

Después de este matrimonio vivió su gran historia de amor con la abogada Carmen Quesada, a la que estuvo unido casi cuarenta años. Pese a la solidez y fortaleza de esta relación, nunca llegaron a casarse. La gran diferencia que había entre ellos cuando se conocieron, ella tenía 21 y él 50 no fue un obstáculo en ningún momento y estuvieron juntos hasta el final. Nunca se casaron y cada vez que le preguntaban al actor, siempre encantador y socarrón con los medios, echaba balones fuera.

Si echamos la vista atrás, se le atribuyeron numerosos romances, término este que se empleaba mucho en la prensa de la época, pero ninguno cuajó. Tampoco su 'affaire' con la actriz Lupe Sino, a quien dio vida en el cine Penélope Cruz en un desafortunado biopic sobre el torero Manolete, con quien habría mantenido una relación sentimental, según el periodista Rafael González Zubieta.

Nos tenemos que remontar a finales de los años 50, cuando la actriz volvió de México, una década después de la muerte trágica del mencionado torero. Se dice que lo suyo fue un flechazo, pero no tuvo mayor trascendencia. La actriz fallecía poco después de un accidente de tráfico que le causó un derrame cerebral.