La dura lucha de Fabiola: quirófanos, crisis, ayuda psicológica y críticas

La dura realidad de Fabiola Martínez y Bertín Osborne debida a la delicada salud de Kike, su hijo de 12 años que nació con parálisis cerebral, es por todos conocida. Han sido muchas las ocasiones en las que la pareja ha hablado abiertamente sobre cómo es su día a día y cómo su hijo lucha por ganar calidad de vida. Pero la última entrevista concedida por Fabiola ha puesto aún más de relieve los difíciles momentos que, en ocasiones, vive la familia.

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Kike es un niño adorado y admirado, pero sus circunstancias le hacen pasar por trances que mantienen a sus padres con el corazón en vilo. Especialmente complicada ha sido la última etapa, en la que el pequeño ha tenido que someterse a varias operaciones.

Fabiola ha narrado episodios dramáticos que ha vivido su hijo, a quien, ha confesado, le dan pánico las batas verdes o blancas y los quirófanos. Uno de los peores momentos que ha recordado Fabiola Martínez fue cuando, tras una operación, ya en el proceso de recuperación, Kike comenzó a gritar de dolor. No sabían qué le ocurría y la angustia fue inmensa: " "Las operaciones han sido muy agresivas y no sabes cómo va a responder Kike". "Se le fracturaron los fémures de forma espontánea", aclaró.

A pesar de los dramáticos momentos vividos y del miedo, Fabiola ha reconocido que Kike "se está recuperando poco a poco", gracias también al tratamiento de rehabiltación doméstica Lokomat: "Su cerebro ha registrado que tiene que dar un paso adelante para caminar".

Aún así, con Kike nunca pueden bajar la guardia. Fabiola ha narrado uno de los últimos episodios sufridos por el pequeño. Kike comenzó a convulsionar con fuerza al sufrir un ataque epiléptico: "Son momentos muy duros, el convulsiona, le pones la medicación y tarda en responder... Tengo que controlarme mucho para no darme contra las paredes", ha confesado con cierta desesperación.

Tanto ella como Bertín han temido en más de una ocasión por la vida de su hijo. Enfrentarse a una realidad de este calibre ha llevado a Fabiola a necesitar ayuda psicológica: "Al principio no necesité ayuda, pero después sí ha habido varios momentos en los que sí la he necesitado, y no pasa nada".

Por si no tuvieran suficiente, Fabiola ha narrado otra difícil realidad con la que tanto a ella como a Bertín les toca lidiar. La pareja ha recibido críticas a través de las redes sociales por parte de algunos que consideran que exponen demasiado a su hijo: "No solo no lo vamos a esconder sino que Kike sirve de inspiración para otros niños", ha respondido contundente. "A veces es difícil mantener el autocontrol, sobre todo cuando todos los que te rodean, en cierto modo, confían en que no te descontroles".