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Entrevista personal con Rita Maestre: del apoyo de su marido al temor por su hija
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Entrevista personal con Rita Maestre: del apoyo de su marido al temor por su hija

A sus 37 años, la madrileña reflexiona sobre su papel en la política y su vida familiar en un momento decisivo tanto a nivel profesional como personal

En pleno segundo trimestre de embarazo, Rita Maestre se abre con naturalidad sobre sus ambiciones y retos, tanto en lo profesional como en lo personal. Lejos de frenar, su agenda sigue marcada por la intensidad de la vida política, que no le impide mantener el equilibrio con su familia. Actualmente, compagina su compromiso por gobernar Madrid con los cuidados de su hija de dos años, Jana. Una etapa que, admite, le daba mucho “respeto”, pero que ahora afronta con decisión mientras espera a su segundo bebé junto a su pareja, Manuel Guedán.

Vanitatis ha tenido acceso a una jornada con la política madrileña, descubriendo los entresijos de su día a día y su forma de gestionar una rutina que exige energía, cabeza fría y mucha organización. “Tengo muchas amistades en política y muy pocos enemigos”, afirma, en una conversación cercana donde deja ver tanto su autoexigencia como la presión externa que la mantiene a pie del cañón.

PREGUNTA: ¿Cuándo conociste a Manuel, te imaginaste tener una familia con él?

RESPUESTA: No es una cosa que se piense así de primeras, pero sí, siempre me ha parecido una persona con la que tener hijos y mantener un espacio de confianza y de cariño. Para mí era muy importante saber que si las cosas van bien, van a ir bien, pero si las cosas se tuercen, y esto es crucial cuando hay hijos, pues seguirá siendo una persona cuidadosa y preocupada por los demás.

placeholder Manuel juega con Jana. (D. G.)
Manuel juega con Jana. (D. G.)

P. ¿Qué cosa tuvo él y no tuvo el resto?

R. Es un hombre con el que me río, me divierto, hablo y compartimos muchos intereses que tenemos en común, tanto de literatura, como de historia o política. Nos gusta mucho hablar, hacemos tertulia por las noches. Cuando llegamos a casa, tardamos mucho rato en meternos en la cama, porque tenemos todo un día para compartir.

P. ¿Te daba miedo ser madre y política?

R. Me daba respeto porque es conciliar dos mundos muy intensos que exigen mucho de ti, de todo tu ser, de toda tu cabeza y corazón. Pero, por ahora, ha habido momentos difíciles, pero la experiencia es muy buena.

P. ¿Tuviste que enfrentarte a alguna crítica cercana o externa por tu decisión?

R. En general a las madres se nos critica por todo, por estar mucho o no estarlo, por ser muy apegada o no serlo, por trabajar o no hacerlo. Hay una vigilancia muy grande sobre lo que hacemos las mujeres como madres, pero la verdad es que me he sentido muy acompañada y muy cuidada por mis amigos, por mi familia, por mis compañeros y compañeras de Más Madrid. Mi entorno me ha hecho la vida fácil, como intentamos hacernos todos unos a otros. Está siendo una experiencia que me exige mucho, pero estoy muy contenta.

placeholder Rita inicia la jornada junto a su equipo. (D. G.)
Rita inicia la jornada junto a su equipo. (D. G.)

P. ¿Cómo equilibras tu vida personal y profesional considerando lo exigente de tu carrera política?

R. Buscando huecos para salir del espacio político. Y luego es que tener una hija no te deja muchas opciones, si quieres estar con ella y verla. Yo a veces tengo que desconectar cuando estoy en el parque, porque no hay otra opción. Estás allí y no puedes estar mirando el móvil, aunque aprovechas un segundito mientras está en el tobogán y chequeas si ha pasado algo en las últimas dos horas. Entonces es una cierta imposición que es muy buena, porque cuando estoy con ella, pues estás y ya está.

P. ¿Ayudan mucho los abuelos? ¿Y qué significan para ti tus padres?

R. Sí, me ayudan. Fueron dos padres muy entregados y ahora son muy niñeros. Los dos son muy cuidadores de sus hijas, de sus sobrinas o de los amigos de sus hijos. Les gusta mucho estar con niños y lo hacen muy bien, porque lo llevan a cabo muy fácil. Me acompañan mucho en la vida, ya que sin ellos o sin mi suegra, sin mi cuñada, sin mi hermana, pues sería difícil también hacer una organización familiar como la que hacemos, porque más o menos una tarde a la semana se ocupan de cuidar a nuestra hija. Además, me permiten trabajar lo que necesito y son un sostén muy importante para mí.

P. Más allá de que te cuiden, ¿cómo procuras tú cuidar a tu familia?

R. Acabas teniendo una relación que acaba siendo un poco como que te solucionan un problema y te gestionan un hueco y como dejar de darle una relación. Entonces, por ejemplo, una cosa que hacemos mucho es que si vienen una tarde a casa a cuidar a Jana, pues luego se quedan a cenar. Buscamos muchos huecos para, además de compartir tiempo cuidando, tengamos un rato de calidad entre adultos porque no es tan difícil y es muy importante hacerlo.

P. ¿Habéis pensado Manuel y tú cómo vais a explicarle algún día a vuestros hijos quiénes son sus padres?

R. Lo van viendo porque van incorporando de una forma mucho más intuitiva y mucho más temprana lo que ven a su alrededor. Por ejemplo, mi hija, que tiene dos años, antes de que le dijera que estaba embarazada, me dijo que era ella la que estaba embarazada. Probablemente, aunque nosotros delante de ella todavía no lo habíamos explicitado, sí que se lo habíamos dicho de alguna forma, porque recogió comentarios sin ser conscientes de que ella los estaba entendiendo y se adelantó a los acontecimientos. A veces viene conmigo a trabajar o a una reunión y sobre todo cuando las cosas son los fines de semana, que yo no me quiero separar de ella y siempre ha venido. Le encantan las manifestaciones, es una fantástica animadora de pancarta porque ha venido muchas veces a las pequeñas de barrio y se lo pasa fantástico.

P. ¿Y cuándo la gente pregunta por su madre?

R. Todavía es un poco pequeña para eso, porque está en la fase de tener claro quién es quién en su vida. Creo que con naturalidad y adaptando la información a cada etapa evolutiva de una niña, las cosas se pueden contar todas cuando son buenas. Cuando son malas es más difícil, pero esta es buena.

placeholder Rita ayuda a Jana a lavarse los dientes. (D. G.)
Rita ayuda a Jana a lavarse los dientes. (D. G.)

P. Y en lo malo, en la crianza, ¿qué es lo que más te da miedo?

R. Me parece que a veces los adultos proyectamos sobre nuestros hijos nuestros miedos, nuestras frustraciones y las cosas que no nos gustan de nosotros mismos. Entonces, nos adelantamos a los acontecimientos o a lo que pensamos que va a ser nuestro hijo, nuestra hija, y les transmitimos eso. A mí me gustaría darle una crianza a mi hija, que sea lo más libre posible, libre también de mí, en el sentido de que no es una segunda yo. Es una persona independiente que seguro que tiene muchas cosas mías, de su padre y de su familia, pero muchas otras que no y tiene derecho a serlo. Lo que más miedo me daría sería proyectar demasiado sobre ella o querer controlar lo que ella va a ser. Yo haré una parte y luego ella será una mujer autónoma, con sus defectos y con sus virtudes.

P. Respecto a tu carrera política, ¿cuál consideras que ha sido tu mayor logro hasta ahora?

R. Poner en marcha un proyecto político que hace cinco años no existía junto a Mónica García, Manuela y algunas mujeres y hombres más. Hoy somos las jefas de la oposición en Madrid y eso ha sido un trabajo muy duro en el sentido de muchas tareas pequeñas, pico y pala, muy de calle y muy de abajo, por el que nadie esperaba grandes resultados de nosotras. Hemos levantado una fuerza política que es la oposición al Partido Popular en Madrid, en la ciudad y en la comunidad.

P. ¿Es más fácil generar amistades en política con amigos?

R. Tengo muchas amistades en política y muy pocos enemigos. Esa es mi realidad y tenerlas a mí no me ha costado. Tengo muchos con los que empecé a participar en política en la universidad como activista y hemos pasado por distintas fases políticas, e incluso hemos discutido a veces y hemos seguido siendo amigos. Por otro lado, no sabría decirte si tengo grandes enemigos, porque tengo adversarios políticos con los que discutes pero tampoco tengo una mala relación con ellos fuera de las cámaras. Y, desde luego, dentro de mi formación, estoy en un espacio muy agradable en el que la cosa es fácil, aunque a veces tengamos discusiones internas. Para mí se puede hacer política sin ser una mala persona y eso es incluso un deber y hay que poder afirmarlo. Se puede tener amigos y se puede tratar bien a la gente en política.

P. ¿Qué rival político es el que más te ha sorprendido?

R. Los políticos del Partido Popular, aquí en Madrid, no son muy sorprendentes. Siguen un patrón de comportamiento y de cómo han llegado ellos a la política, que es bastante parecido. A mí lo que más me sorprende siempre, y eso sí que me sigue generando zozobra, es la gente que te dice cosas horribles delante de una cámara o cuando sube a la tribuna y luego te pregunta a ver qué tal el fin de semana. Si reducimos un poco toda esa virulencia retórica que no es real, porque es una ficción, sería genial si nos lo pudiéramos ahorrar, que pudiéramos discutir con firmeza. Intento hacer mi parte, que es predicar con el ejemplo, es decir, me comporto como creo que hay que hacerlo, creo que hay otros que no lo hacen, pero bueno, eso está en la conciencia de cada uno.

placeholder Maestre posa para Vanitatis. (D. G.)
Maestre posa para Vanitatis. (D. G.)

P. Cuándo se dio a conocer la denuncia de Cristina Fallaras del caso Errejón, ¿cómo te enteraste? ¿Cuál fue tu primer pensamiento?

R. Pues me enteré en Instagram como todo el mundo y lo pusimos en común con las compañeras de Más Madrid con sorpresa, bastante preocupación. Lo que hicimos fue hablar directamente con él para preguntar si efectivamente esa denuncia o esas denuncias eran verosímiles y, una vez que se nos dijo que sí, pues pedirle al hombre mencionado que se apartara. Era incompatible ser parte de una fuerza política y hablar en nombre de determinados valores feministas y que luego eso no sea lo que tú practicas en tu vida.

P. Entiendo que también despertó ciertos recuerdos de tu relación con él, ¿no?

R. Sí, había sido hace casi 15 años. Es decir, que es una pareja lejana, pero una parte de tu vida. Y claro, una cosa así te remueve porque te hace preguntarte cómo eran las cosas entonces, qué había y qué no. De alguna forma te interpela sobre cómo las personas pueden tener vidas paralelas y de qué manera tú has sido una parte de la vida de una persona y había otra oscura que tú no veías y no conocías, aunque fuera hace mucho tiempo.

P. ¿Lloraste a lo largo de esos días?

R. Probablemente sí. En aquel momento, como de shock emocional, fue muy importante para mí y creo que para todas, poner las experiencias en común y hablar mucho. No sabes la de gente incontable que me escribió, conocida y no conocida. Frente a toda la virulencia de algunos que han utilizado esto como una cosa partidista, lo que más he vivido y he sentido es muchísima gente contándome experiencias parecidas y acompañándote con un sentimiento de decepción que se puede vivir en términos políticos, pero también personales.

P. ¿Cómo afectó el escándalo a tu relación con Manuel? ¿Cómo surgió la conversación sobre lo ocurrido?

R. No en el sentido de que nos afectó porque lo hablamos como lo hacemos con todo, como una parte de nuestra vida. Manuel lo sabía y no había nada oculto para él que no lo fuera también para mí. Me acompañó como siempre y como yo a él cuando pasan cosas complicadas en la vida estando con el otro.

P. ¿De qué manera mostró su apoyo? En esos días también se esperaría que él estuviera más presente, ya que es evidente que necesitabas más atención.

R. Sí, pero tampoco es como que el mundo se parara en aquel momento. Nosotros tuvimos que hacer frente a esas informaciones que nos afectaban políticamente, no porque te interpelaba políticamente, sino porque hay una parte personal también. Sin embargo, hay una vida que sigue, una hija que sigue corriendo por el pasillo y mucho otro trabajo político que hacer. Hablas más y te acompañas más y eso él lo hizo en aquel momento, como yo en otros.

placeholder Foto: D. G.
Foto: D. G.

P. Para la rueda de prensa junto a Mónica García y Manuela Bergerot, ¿cómo recuerdas los minutos previos? ¿Sentiste calma al estar con ellas?

R. Mucha, porque la política, como en la vida, tiene momentos buenos y malos. Hemos generado un entorno personal en el que nos llamamos a las horas que tenga que ser o nos vemos online. En esos días eso también lo notamos mucho, tanto nosotras tres como la otra gente a nuestro alrededor. Somos una familia que se cuida y que pasa las cosas juntas.

P. ¿Tuviste miedo a que tu relación con Errejón se utilizase para manchar tu futuro político?

R. Por supuesto y tampoco tenía ninguna duda de que lo utilizasen. Para mí es muy importante separar las críticas que importan de las que no. Cuando una persona que lo único que ha hecho siempre es criticarte como feminista, no me afecta. Personalmente, es como un poco cháchara política, no hay contenido. Aunque es fundamental no distanciarte de todo lo que se publica sobre lo que haces. No creerte que eres genial y nada te afecta. Cuando saltó todo, me preocupaba lo que pudieran pensar o sentir las mujeres que nos tienen como referentes. Por eso queríamos explicar lo que realmente había pasado y cómo lo habíamos gestionado.

placeholder Foto: D. G.
Foto: D. G.

P. Hablando de ser referente, ¿Cómo afrontas llegar o no a las expectativas?

R. Es sano ponérselas y la ambición es necesaria en este tipo de trabajo. Estoy aquí porque quiero gobernar la ciudad de Madrid y eso es una exigencia alta. También es sano saber adaptarte a las circunstancias y a los retos que tú misma te pones, y no pensar que tú sola vas a conquistar el mundo porque eso difícilmente va a suceder. Entonces, moverte en un punto equilibrado entre buscar llegar a tus metas y no morir de cansancio por el camino.

P. ¿Piensas en alternativas profesionales tras tu carrera política?

R. Tengo muchos planes que no son B, sino siguientes fases de mi vida. Dispongo de muchísima vida por delante para dedicarme a la política, mientras me guste y me llene como ahora. Para cambiar de vida, cuando eso ya no sea así, tengo proyectos en el ámbito cultural, fundamentalmente.

En pleno segundo trimestre de embarazo, Rita Maestre se abre con naturalidad sobre sus ambiciones y retos, tanto en lo profesional como en lo personal. Lejos de frenar, su agenda sigue marcada por la intensidad de la vida política, que no le impide mantener el equilibrio con su familia. Actualmente, compagina su compromiso por gobernar Madrid con los cuidados de su hija de dos años, Jana. Una etapa que, admite, le daba mucho “respeto”, pero que ahora afronta con decisión mientras espera a su segundo bebé junto a su pareja, Manuel Guedán.

Rita Maestre