Ni croquetas ni empanadillas: el aperitivo de Lidl que está arrasando por su sabor y precio

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En el mundo de los aperitivos, no es fácil que un producto sencillo despierte entusiasmo real. Pero de vez en cuando surge uno que se sale del guion, sin pretensiones, sin envoltorios sofisticados, y se convierte en protagonista por mérito propio.

Eso es justo lo que ocurre con la cuña de queso añejo Pedro Ximénez que vende Lidl y que ganó un reconocimiento en los prestigiosos 'World Cheese Awards' en noviembre de 2022. No hablamos de un queso de autor ni de una rareza local: cuesta 1,79 euros y se ha convertido en uno de los hallazgos inesperados en la sección de lácteos.

Se elabora con leche de oveja, se cura durante nueve meses y se afina en vino dulce Pedro Ximénez. Este proceso le aporta un sabor dulce, equilibrado, sin empalagar, y una textura firme pero jugosa. Su corteza, teñida por el vino, añade una nota aromática que lo diferencia respecto a un curado convencional.

Más allá de su sabor, lo interesante es su versatilidad: funciona magistralmente en una tabla informal, se puede rallar sobre ensaladas templadas o transformar en una versión otoñal de crema de calabaza. La fusión entre el dulzor del vino Pedro Ximénez —utilizado en cocina desde hace siglos por su capacidad de realzar matices— y la densidad del queso, lo convierte en un comodín con personalidad.

Que esté en el lineal de un supermercado, sin marketing ruidoso ni un precio elevado, es otra razón para hablar de él. Su coste, ajustado, no compromete la experiencia gourmet: pone sobre la mesa (literalmente) un producto con reconocimiento internacional al precio de un capricho asequible.

No, no son croquetas ni empanadillas. Es un queso que ha sabido distinguirse por méritos propios —aunque no lo grite—, con sabor, técnica y accesibilidad. Un descubrimiento modesto, pero capaz de marcar la diferencia en una noche cualquiera: un pequeño lujo cotidiano para paladares exigentes.