Enrique Ponce: "Me gusta ir pasando miedo desde la habitación" (I)

Hoy es un día muy especial para Enrique Ponce: celebra el XX aniversario de su alternativa en Valencia. Le acompañarán muchos de sus grandes amigos. Y aunque se repitan las grandes ausencias -su mujer Paloma Cuevas y su madre no asistirán-, otras tanto o más importantes brillarán sobre el resto. Ponce brindará el primer toro a su abuelo y el segundo a su hija Paloma que, de ir al ruedo, sería su primera vez. El torero ha hablado con Vanitatis sobre cómo se enfrenta a este acontecimiento, sobre sus inquietudes, miedos, proyectos y planes de vida.

Pregunta: Celebra su XX aniversario de alternativa en la tierra que le vio nacer y le han construido una escultura de bronce en la calle de Chiva, su pueblo, que lleva su nombre. ¿Le llena de orgullo?

Respuesta: Todo este tipo de reconocimientos, cuando son en tu tierra enorgullecen mucho más. Son más especiales. Del monumento, lo que más ilusión me ha hecho es que mi abuelo, que tiene 97 años, lo haya podido ver.

P: Tres carteles estrella llevan su nombre en Fallas. Hoy se enfrentará con El Juli en un mano a mano y repite el viernes 19 y domingo 21. Esta ‘Feria de Fallas’ debería llamarse ‘Feria de Enrique Ponce’…

R: Llevo el peso de la feria con estas tres tardes y con la conmemoración del XX aniversario de mi alternativa y también se han hecho muchos actos culturales estos días por este motivo, algunos organizados por la Diputación de Valencia. Es muy bonito pero te responsabiliza mucho más.

P: Cumple años el día de la Inmaculada Concepción, día festivo para todos los españoles, pero casi siempre laborable para usted, acostumbrado a trabajar cuando el resto descansa…

R: Es algo que he hecho siempre. La vida de un torero es así. No hay veranos, y vacaciones, poquitas, porque en invierno toreo en América. La vida de un torero siempre tiene una cita vista. Casi nunca puedes desconectar. Siempre preparándote. Es así y estoy acostumbrado.

P: Récord en mayor número de corridas al año entre 1992 y 2001, récord de toros indultados… ¿Cuál pretende que sea el siguiente?

R: Me faltan sólo cuarenta corridas para llegar a las 2.000, algo que sería histórico. Me gustaría conseguirlo para redondear ese número, pero ni las estadísticas ni los récords forman parte de mi filosofía. A mí lo que me gusta es torear bien a un toro.

P: ¿Cómo es un día normal en la vida de Enrique Ponce torero?

R: Los días de corrida me levanto cuando me apetece, porque hay veces en las que llegas a la ciudad en la que toreas a las cinco o seis de la mañana, tras haber toreado en otro lugar el día anterior. Aunque duermo en el coche, no se descansa igual. Me levanto para comer. Como pasta natural aliñada con aceite de oliva y sal y tomate natural y pescado a la plancha, para hacer bien la digestión. Luego monto mi capilla -tardo una hora porque con el tiempo se ha hecho muy extensa- y me echo un poquito. Rara vez pongo la televisión porque me gusta estar concentrado e ir pasando miedo desde la habitación. Me echo a pensar y el mozo de espadas viene a vestirme una hora y media antes de la corrida.

"PALOMA CADA VEZ LO PASA PEOR"

P: Su mujer no lo lleva nada bien…

R: Cada vez lo pasa peor. Ahora, además de su marido, soy el padre de su hija. Yo siempre llamo a Paloma al terminar de torear, pero a ella se le va llamando después de cada toro. Le llama mi padre, mi hermano, el mozo, Victoriano… Ella nunca está dos horas sin saber nada. Cuando televisan mis corridas tampoco las ve, pero puede estar más al tanto. Las corridas grabadas sí las ve más tranquila.

P: Cuando no torea, ¿cómo es un día normal para el Enrique Ponce, padre y esposo?

R: Trato de pasar el mayor tiempo que puedo con ellas. Es lo que más me gusta. Me levanto, juego con la niña, paseamos, comemos juntos… Aunque si no tengo compromiso taurino, también tengo que entrenar.

P: Su horóscopo (Sagitario) destaca entre sus bondades que es alegre, jovial, optimista, aventurero, estudioso, independiente, que necesita movimiento, ama la libertad, es normativo, idealista, comprensivo, justo, adaptable, vital, entusiasta, intuitivo, profético, orgulloso, que ama los deportes y la vida al aire libre y es honesto. ¿Acierta?

R: No creo en los horóscopos, aunque alguna será verdad. Soy aventurero, entusiasta, adoro la vida, honesto… Eso sí.

"ME GUSTA LA AVENTURA"

P: Pero no todo es positivo. Dicen que los Sagitario son dados a la exageración, extremistas, descuidados, irreflexivamente optimistas, irresponsables, caprichosos, jugadores, charlatanes, argumentativos, imprudentes, de moral elástica, gusto exagerado por el riesgo, glotones, coléricos, fanfarrones, egoistas, ególatras, envidiosos, prepotentes, petulantes. ¿Alguno de estos rasgos negativos entra en su forma de ser o actuar?

R: No soy extremista en ningún caso. Imprudente, tampoco. Todo lo contrario. Sobre el gusto exagerado por el riesgo, un poquito, pero fuera de mi profesión no soy de buscar el riesgo. Me gusta la aventura. Hacer un safari, por ejemplo. Pero no me gusta exponer mi vida tontamente. Bastante la expongo cada día…

P: Sus amigos destacan de usted la fidelidad…

R: Es una de las condiciones humanas más bonitas: la fidelidad a la amistad.

P: ¿Los cuenta (a sus amigos) con los dedos de una mano, de las dos…?

R: Gracias a Dios tengo muchos amigos. No los cuento con los dedos de las manos y presumo de ello. Tengo muy buenos amigos. Es una de las grandes cosas que me ha dado la vida.

"NADIE QUE ME QUIERA ME PUEDE PEDIR QUE ME RETIRE"

P: ¿Dejaría el mundo del toro si alguien se lo pidiera?

R: Nadie que me quiera me lo puede pedir. Es una decisión de uno mismo. Mucha gente que me quiere, contradictoriamente me lo diría, pero a un torero no le puedes pedir que deje de torear. Se lo puedes aconsejar… Lo escucho a menudo.

P: ¿Qué le pide a esta temporada?

R: Que vaya todo bien. Que Dios nos dé suerte a mis compañeros y a mí y que podamos dar grandes tardes de toros a los aficionados.

P: ¿Una exclusiva para hoy?

R: Brindaré el primer toro a mi abuelo (Leandro Martínez Toledo, en la imagen de la derecha). Si viniera la niña, le brindaría el otro, pero todavía no sabemos si vendrá.  Sería la primera vez que va. Es muy chiquita. Tiene sólo un año y medio. Se cansaría mucho. El toro de los veinte años se lo voy a brindar a mi abuelo, igual que el de alternativa y el de los diez años.

Mañana, nuevos datos que Enrique Ponce desvela en exclusiva a Vanitatis.