Fallece Elizabeth Taylor, la diva de los ojos violeta

 Fue Cleopatra, y la inolvidable imagen de Maggie en La gata sobre el tejado de Zinc, pero su imagen quedará ya sólo para quienes visionen sus películas. Según los medios estadounidenses, la actriz británica Elizabeth Taylor ha fallecido a los 79 años de edad en Los Ángeles tras una larga enfermedad cardiovascular.

Según la cadena de noticias ABC News, la actriz llevaba dos meses en el hospital Cedars Sinai de la ciudad californiana en la que residía desde hace décadas a causa de una insuficiencia cardiaca congestiva que le fue diagnosticada hace siete años. Su delicada salud no era novedad, ya que en 1997 ya fue operada de un tumor cerebral que superó con éxito y posteriormente padecería neumonía.

Su filmografía y su peculiar mirada teñida de morado quedarán para la posteridad para sus seguidores. Atrás queda también la notoriedad de su vida privada gracias sus ocho matrimonios, el primero a los 18 años con Conrad Nicholas Hilton, aunque sin duda, su historia de amor más recordada sería la que mantuvo con Richard Burton, a quien conoció en el rodaje de Cleopatra y con quien llegó a pasar por el altar en dos ocasiones que acabaron inexorablemente en dos divorcios.

Famosas fueron también las joyas con las que Burton agasajó a quien fuera considerada como una de las actrices más bellas de Hollywood, entre ellas el llamado diamante Taylor-Burton, de 69 kilates y valorado en cerca de un millón de dólares. Igual de conocida fue su amistad con el cantante Michael Jackson, y quizá por eso prefirió la soledad de su casa para despedirse de su amigo en lugar de acudir al funeral-homenaje que la familia del Rey del pop había organizado en el Stapless Center de Nueva York.

Ahora es ella quien se despide, aunque ya lo hiciera vía Twitter, donde anunció que iba a operarse del corazón “antes de que esté en todos los periódicos”. Falleció en el mismo hospital al que llegó su amigo Michael sin que los médicos pudieran hacer nada por reanimarle. Según Según TMZ, la diva de la mirada felina y violácea cerró los ojos sin sufrimiento. Se apagó despacio como la estrella que era. Descanse en paz. 

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