El alcalde de Sevilla casa a su hijo ante la cúpula del PP

La boda de Juan Ignacio Zoido, hijo del alcalde de Sevilla (del mismo nombre), con la jovenArantxa Díaz Valorreunirá en la ciudad del Guadalquivir este sábado a mediodía a la cúpula del Partido Popular, altos cargos del poder andaluz, personajes del mundo taurino, intelectual y social.

La ceremonia religiosa se celebrará en el altar Mayor de la iglesia de San Isidoro, presidida por un lienzo del siglo XVII pintado por Juan de Roelas que representa El tránsito de San Isidoro. La decoración floral correrá a cargo de Bucaro, la firma de Marta Pastega. En la misa habrá un recuerdo especial para José María, el hijo de Zoido que perdió la vida hace unos años en un accidente de tráfico.

Tras la liturgia religiosa, los cerca de 500 invitados se trasladarán al Club Pineda, del que los novios y sus familias son socios. Si el tiempo acompaña, el cóctel se servirá al aire libre y el almuerzo en la impresionante carpa de cristal con vistas al hipódromo.

Fran Rivera alterna con los ‘populares’

Mariano Rajoy se perderá el ágape nupcial porque tiene previsto acudir solo a la iglesia y, como en la boda del hijo de José Manuel Lara en Barcelona, lo hará previsiblemente sin su mujer. Si en aquella ocasión fue Ana Pastor su acompañante, esta vez podrían ser María Dolores de Cospedal o Carmen Crespo, delegada del Gobierno de Andalucía. No se espera a Soraya Sáenz de Santamaría. Tampoco se sabe si acudirá José María Aznar, que esa mañana firma ejemplares de su libro en El Corte Inglés de la ciudad. Javier Arenas, por su parte, sí asistirá.

Además de la clase política se espera a los duques de Alba, Curro Romero y Carmen Tello o Francisco Rivera y Lourdes Montes. En el caso del torero, la amistad con el alcalde no viene por él, sino por la familia de su mujer. Fue precisamente la relación con Lourdes lo que le obligó a escenificar una ceremonia civil en la finca de Ronda que no era real, porque ya se habían casado previamente en el ayuntamiento de Sevilla. Zoido lo negó ante la prensa en su momento, pero tuvo que reconocer poco después a Vanitatis: “Era un favor que me pidieron y por eso lo negué. Era su boda”.