De cómo Correa se jactaba de haber pagado la boda de Álvarez-Cascos con Gema Ruiz

La boda de Álvarez Cascos y Gema Ruiz en Córdoba fue todo un acontecimiento de portada de revista. Corría el 19 de octubre de 1996. El enlace de un político divorciado que doblaba la edad a una veinteañera universitaria despertó interés y morbo y nadie quiso perdérselo. El evento del año tenía un reclamo más: la posición del novio, que por aquel entonces era el vicepresidente del Gobierno. Es por eso que allí se congregó aquel día la plana mayor del ejecutivo del PP, con José María Aznar a la cabeza. El presidente de España fue el más fotografiado junto a los novios. Pero otro que también estaba, y que apenas salió en la foto, fue Francisco Correa, entonces un gran anónimo, pero sí muy conocido por los contrayentes.

Un informe de la Policía señala ahora a Álvarez-Cascos como el máximo perceptor de la 'caja B' del PP. Según aseguran a Vanitatis fuentes cercanas a Correa, él mismo se pavoneó públicamente en diferentes ocasiones de haber pagado los fastos cordobeses de Cascos y Ruiz. Los que le conocen dicen que uno de los principales defectos de Correa ha sido que siempre se ha ido de la lengua. El empresario había sido generoso con los líderes del PP, pero le gustaba airear sus dotes de gran benefactor a los cuatro vientos. Y sus relatos de cómo pagó la boda de Álvarez Cascos en Córdoba acabaron siendo vox pópuli entre todos sus allegados.

La relación entre Correa y el ministro de Fomento, al que él llamaba Paco, fue siempre muy buena, incluso se lo reconoció entre dientes al Juez Pedreira. “Paco Cascos, con el que yo tenía cierta relación…”, se puede leer en el sumario. También en esa época le gustaba alardear de la amistad que unía a su mujer Carmen Rodríguez con Gema Ruiz. Se da el caso de que los dos Pacos contrajeron matrimonio el mismo año, 1996. A Paco Correa le casó en Marbella la alcaldesa Marisol Yague y a Paco Cascos el alcalde de Córdoba, Rafael Merino.

Una boda de mantilla y peineta en Córdoba

La boda del exvicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, en la ciudad de Romero de Torres, fue un auténtico acontecimiento. Todos de etiqueta. Alguno de los más de 300 invitados que allí estuvieron señalan a este portal que los operarios municipales se lanzaron en tropel a asfaltar calles, arreglar jardines y a poner macetas para darle vidilla al trayecto que seguiría la comitiva nupcial desde el Alcázar de los Reyes Cristianos, donde se celebró la ceremonia civil del enlace, hasta el lugar del convite. A la ceremonia asistieron unos 150 invitados y los restantes esperaron impacientes en el restaurante, ya que el salón de los mosaicos del Alcázar de Córdoba no tenía capacidad para albergar a todos los invitados. El festín nupcial fue por todo lo alto en el restaurante Las Palmeras del Caballo Rojo, en el famoso barrio cordobés del Brillante, y el menú por persona, que ascendió a las 9.000 pesetas de entonces, fue elaborado por el chef José García Marín. La fiesta no tuvo fin y se prolongó con barra libre y chocolate con churros hasta el amanecer.

El traje de Victorio & Lucchino