Así es la casa de Pedro Pascal en Los Ángeles: de estilo contemporáneo, con luz natural y unas vistas privilegiadas

El actor chileno, consolidado como uno de los intérpretes más influyentes del panorama internacional, ha encontrado en su vivienda de Los Ángeles un refugio sereno en medio del ajetreo de la industria cinematográfica. Su hogar no solo destaca por sus impresionantes vistas a la ciudad, sino por una cuidada selección de elementos decorativos que reflejan sobriedad, calidez y funcionalidad.

En las imagenes difundidas por su club de fans, presenciamos un salón amplio y diáfano, donde predomina una paleta neutra. Las paredes blancas, el mobiliario en tonos tierra y el uso inteligente de la luz natural dotan al espacio de una atmósfera tranquila.

Para complementar la zona de descanso, el actor ha optado por una alfombra de fibras naturales y un conjunto de cojines a tono que refuerzan la sensación de armonía. La televisión, montada directamente sobre la pared, está acompañada por un mueble bajo de madera clara, sobre el que descansan discretos objetos decorativos, como figuras de cerámica y elementos artesanales.

El exterior espectacular

Uno de los grandes atractivos de la residencia es el ventanal de grandes dimensiones que ocupa parte del salón y que permite disfrutar de una panorámica privilegiada de Los Ángeles. Este elemento, más allá de su valor estético, actúa como fuente constante de luz natural, contribuyendo a esa sensación de amplitud que tanto nos gusta.

La cocina mantiene la coherencia visual del resto del apartamento. Todo el mobiliario está diseñado en blanco, lo que aporta luminosidad y una sensación de pulcritud constante. Los armarios de gran capacidad y líneas rectas completan un espacio pensado para la funcionalidad sin renunciar a la elegancia.

La casa de Pedro Pascal no busca deslumbrar con elementos ostentosos, sino que transmite una idea clara de lujo silencioso. Un tipo de elegancia que no depende del exceso, sino del equilibrio, la calidad de los materiales y la coherencia estética. Cada rincón parece concebido como parte de un todo que representa con fidelidad la imagen pública del actor: sobrio, discreto y con una sensibilidad refinada.