Los González García Vaquero, una saga de informáticos, artistas y relaciones públicas
En agosto de 2012, Felipe González y Mar García Vaquero se casaron en la más absoluta intimidad. Tras aquella boda, sus respectivos hijos se han relacionado en mayor o menor medida
Esta semana, el nombre de Mar García Vaquero, la segunda mujer de Felipe González, era uno de los que aparecían en la investigación de los 'papeles de Panamá'. Al parecer, esta mujer “elegante, muy guapa y muy discreta”, según la definieron a este medio personas que la conocen de cerca, gestionó una cuenta en Suiza a través de una sociedad creada en Niue en 2004, antes de comenzar su relación con el líder socialista. Desde aquel año hasta ahora, la vida de la cuñada del empresario Pedro Trapote ha cambiado mucho. En agosto de 2012, González y ella se casaron en la más absoluta intimidad. Tras aquella boda, Mar se convirtió en la madrastra de los tres hijos de González: María, David y Pablo. Sin embargo, en el matrimonio formado por el socialista y García Vaquero es él el que tiene un mayor trato con las dos hijas de ella: Lucía y Micaela.
Las dos hijastras del socialista son las que, quizá por su juventud (una tiene 32 años y otra 27) pasan más tiempo al lado de su madre, en el domicilio del madrileño barrio de Salamanca que comparte con Felipe. Tras un amplio periplo educativo, Lucía y Micaela se han dedicado a las relaciones públicas de distinta forma. La primera ejerce como tal para la firma de accesorios de lujo Solantu. Apasionada de la moda desde que era una niña, la marca tiene plena confianza en ella y en sus habilidades como embajadora de sus productos. Lo mismo que AC Hotels confía en Micaela, su hermana pequeña. La hija menor de Mar García Vaquero se lleva a las mil maravillas con su hermana y trabaja como adjunta de dirección en formación en la famosa cadena hotelera. Muy preparada (habla tres idiomas) y amiga del cóctel y la noche madrileña, comparte con su hermana una gran afición al mundo de la moda.
Las dos jóvenes, al parecer solteras y sin compromiso, tienen cierta relación con su hermanastra María, hija de Felipe González y Carmen Romero. La mejor prueba es que, en alguna ocasión, esta ha lucido los bolsos de la marca que promociona Lucía. De los tres hijos de González, ella es la que más contacto tiene con su padre. Que se sepa, María trabaja en el despacho que su progenitor tiene en la calle Velázquez, donde suele coincidir con Lucía y Micaela. Además, comparte una fundación con Felipe dedicada al estudio de la figura de este, un proyecto que lleva con “mucha ilusión”, según afirman a Vanitatis fuentes cercanas a la hija del expresidente. Ese círculo también insinúa que, en los últimos tiempos, María ha vivido “desavenencias con su progenitor porque él no ha estado muy pendiente de la enfermedad de Carmen Romero”, su madre, que ha vivido tiempos duros afrontando el cáncer.
Tres hijos muy distintos
Los hijos que tuvieron Carmen Romero y Felipe González antes de su paso por La Moncloa han llevado vidas bastante diferentes entre sí. Los tres son como el agua y el aceite y sus vidas han discurrido por cauces que nada tienen que ver los unos con los otros. El mayor de todos, Pablo, se dedica a la informática. Bastante alejado de los focos o de cualquier tipo de protagonismo, trabaja en una empresa en la que ha invertido dinero su padre. Además de trabajador, es un deportista nato a juzgar por su físico, bastante juvenil pese a que ya alcanza los 44 años de edad. “Me gusta el flamenco desde pequeño, soy sevillano y amante de este tipo de música”, confesaba al hablar de sus aficiones con Vanitatishace dos años en una de las pocas apariciones que ha hecho ante la prensa: una fiesta de cumpleaños de Pepe, el hermano de Paco de Lucía. “Llevo una vida muy tranquila con mi pareja y mis dos hijos. Hace años, cuando mi padre era presidente, lo pasaba mal con las persecuciones de los periodistas”, aseguraba, añadiendo que lo del matrimonio no iba con él.
Otro que tampoco es demasiado amigo de la prensa o de hacer declaraciones es David, el hijo mediano del expresidente del Gobierno. Artista y pintor para públicos selectos y reducidos, el joven vive en Castellar de la Frontera, una pequeña localidad gaditana, y apenas sale de allí, alejado lo más posible de los fastos sociales de la capital de España. Hace cinco años, presentó una exposición de paisajes en la Galería MS de Madrid. Ese día, fundamental en su vida pese a sus pocas pretensiones (“Mi trabajo es pintar, no soy actor, ni modelo”, aseguraba ese día a los medios allí presentes) contó con apoyos familiares. Felipe González y Mar García Vaquero habían acudido hasta allí para venerar su obra. Por los pasillos de la galería correteaba su pequeño hijo, que ya tiene diez años.
La que también tiene hijos es María, que aparte de trabajar para su padre, siente verdadera devoción por los tres niños fruto de su matrimonio con el economista canario Eric Bergasa. La boda de ambos, que se celebró en Pozuelo de Alarcón allá por 2005, fue igual de privada que ella misma. Al igual que sus dos hermanos o las hijas de Mar García Vaquero, siempre han intentado mantener un bajo perfil mediático. Puede que ese sea el gran punto en común entre dos familias, a priori, tan diferentes; tan opuestas como la izquierda caviar a la que pertenecen las García Vaquero y el carácter alternativo de los hijos del expresidente socialista.
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Esta semana, el nombre de Mar García Vaquero, la segunda mujer de Felipe González, era uno de los que aparecían en la investigación de los 'papeles de Panamá'. Al parecer, esta mujer “elegante, muy guapa y muy discreta”, según la definieron a este medio personas que la conocen de cerca, gestionó una cuenta en Suiza a través de una sociedad creada en Niue en 2004, antes de comenzar su relación con el líder socialista. Desde aquel año hasta ahora, la vida de la cuñada del empresario Pedro Trapote ha cambiado mucho. En agosto de 2012, González y ella se casaron en la más absoluta intimidad. Tras aquella boda, Mar se convirtió en la madrastra de los tres hijos de González: María, David y Pablo. Sin embargo, en el matrimonio formado por el socialista y García Vaquero es él el que tiene un mayor trato con las dos hijas de ella: Lucía y Micaela.
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