El sencillo truco para limpiar las toallas: quedan como nuevas

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Hacer la colada es una tarea que, aunque rutinaria, se complica en verano. Las altas temperaturas, el sudor y el uso continuo de prendas ligeras o textiles de baño exigen más lavadoras y una limpieza más eficaz. Entre las piezas que más sufren están las toallas: absorben humedad, acumulan olores y, si no se lavan bien, pierden suavidad y efectividad.

Una creadora de contenido especializada en organización y limpieza, conocida como @latiavianca en TikTok, ha compartido un truco sencillo para que las toallas queden como nuevas. Su método no requiere productos complicados, solo una combinación eficaz de ingredientes comunes que, usados correctamente, consiguen resultados sorprendentes.

En primer lugar, recomienda utilizar detergente líquido, ya que penetra mejor en tejidos como toallas, sábanas, colchas o ropa deportiva, limpiando más a fondo. A esa base añade bicarbonato, que potencia la acción del jabón, ayuda a blanquear y neutraliza los malos olores. Por último, incorpora vinagre blanco de cocina, un suavizante natural que elimina residuos y deja la ropa más fresca.

Según explica, esta fórmula consigue que las toallas salgan del lavado limpias, sin olores y conservando su capacidad de absorción, algo que muchas veces se pierde con el uso de suavizantes convencionales. Además, al evitar químicos agresivos, el tejido se mantiene en mejores condiciones por más tiempo.

Este truco también es útil para otras prendas de uso habitual. La propia @latiavianca lo aplica al lavado de sábanas, colchas y ropa para hacer ejercicio, donde el sudor y el uso frecuente exigen una limpieza más intensa. Usar productos sencillos y naturales permite mantener estas piezas frescas y en buen estado, sin necesidad de complicarse.

Pequeños cambios como este pueden marcar la diferencia en la rutina doméstica. En una época en la que las lavadoras se multiplican y buscamos soluciones más prácticas, trucos como este ayudan a mejorar los resultados sin añadir esfuerzo ni coste. Porque cuidar la ropa —y cómo la lavamos— también es una forma de cuidarnos a nosotros mismos.