San Patricio nos pone verdes

Llega el momento más verde del año. Los irlandeses celebran San Patricio y el común de los mortales nos sumamos a la manera que más les gusta al país del Leprechaun: brindando con una buena cerveza Guinness o Murphy’s. Aunque serán las calles de Dublín -especialmente en su zona de Temple Bar- o las de Nueva York -donde tiene lugar el desfile más grande- las que más se llenen de sombreritos verdes y tréboles para festejar al patrón de Irlanda, en España muchos intentarán sumarse a la fiesta.

 

La historia de San Patricio es muy sencilla: fue un misionero escocés nacido en el 387 que introdujo la religión cristiana en la isla. Pero antes que eso, como buen santo, pasó una serie de penurias, como caer prisionero de piratas y ser vendido como esclavo. Pero todo ello quedó atrás cuando consiguió huir y se convirtió en el evangelizador de Irlanda, que en su época no debió ser nada fácil: la nación estaba dividida en clanes controlados por los druidas.

 

Así que todo apunta a que el santo unió a muchos pobladores de la isla vecina a Gran Bretaña y parece ser que, además, les libró de las serpientes. Igualmente, su explicación de la creencia en la Trinidad a través de un trébol caló fuertemente, pues hoy en día es uno de los símbolos del país junto a la lira.

 

Aunque en Madrid no creemos que nadie se lance a tocar este instrumento, sí que es cierto que muchos serán los que se sumen a la fiesta además de los oriundos de la isla que se encuentren por estas tierras. Entre los numerosos pubs irlandeses que existen en la capital, varios son los que ofrecen una noche plagada de diversión y buena música folk.

 

O’Neills, que, lo crean o no, es el pub más grande de Europa, quiere montar una fiesta a la altura de su tamaño, habrá promociones, premios, y, sobre todo, buena música en directo. The Irish Rover contará con la actuación de The Colonials, y sus dos plantas -la primera decorada como una calle típica de Dublín-, invitarán al jolgorio y la diversión. Molly Malone´s por su parte tirará unas cuantas guinness, siendo como es el primer bar patrocinado por esa cerveza en Madrid. Por ello, lo más seguro es acabar con uno de los típicos sombreros verdes que regala la prestigiosa cerveza negra.

 

Si lo que les apetece es menos jolgorio, pueden pasarse por Bo Finn, un bar con decoración rústica y lleno de sillones y estanterías repletas de libros, aunque también pueden aprovechar para echar una partida en su mesa de billar. Pero si quieren lo contrario, nada como probar a cantar en el karaoke del The Grenadier, aunque también pueden optar a sentarse en la planta de arriba y cambiar la cerveza por un cóctel… ¿verde?

 

Pero hay más. En el centro de la capital está el O’Connells (Espoz y Mina, 7), que todos los años se llena hasta la bandera de anglosajones, o pueden probar con el Moore’s (Plaza de Barceló, 6) o el James Joyce.

 

Muchos son los que en el día de hoy se vuelven un irlandés más. Todo sea por la fiesta o porque Irlanda, a pesar de ser una isla, se encuentra se encuentra repartida en el corazón de mucha gente.