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Castellar, la mano derecha de Miguel Palacio
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Castellar, la mano derecha de Miguel Palacio

De aspecto reservado, Castellar habla con cierta timidez de cómo es trabajar con Miguel Palacio. Contrariamente a otros jóvenes que empiezan en el mundo de la

Foto: Castellar, la mano derecha de Miguel Palacio
Castellar, la mano derecha de Miguel Palacio

De aspecto reservado, Castellar habla con cierta timidez de cómo es trabajar con Miguel Palacio. Contrariamente a otros jóvenes que empiezan en el mundo de la moda, esta madrileña ha podido hacer carrera en su país; y todo apunta a que le espera un brillante futuro gracias a la labor que está haciendo como ayudante de taller de uno de los grandes creadores de la costura española. 

“Empecé muy joven. Desde siempre me había gustado el mundo de la moda. Dibujaba figurines con ropa de pequeña. Estudié Diseño de Moda en la Politécnica y cuando terminé enseguida me puse a trabajar como diseñadora", explica Castellar, una mujer que se ha convertido estos últimos años en la mano derecha del diseñador bilbaíno. 

Tras estar dos años en el taller de Ángel Schlesser, Castellar fichó por Miguel Palacio, una firma en la que trabaja codo con codo con el creador. “Me enteré de que necesitaba a alguien. Mandé un portfolio con trabajos que había hecho antes, que tuvieran que ver con las empresas en las que había estado. Además, me pidieron cuatro o cinco diseños que haría si trabajara para ellos. Luego hubo una entrevista en la que le expliqué a Miguel que le admiraba, que me gustaba su trabajo, y por qué no cambiarme”.

Al hacer balance de estos años, Castellar repasa todo lo que le ha aportado este puesto de trabajo. “He aprendido mucho de telas; trabajamos con una gran variedad, y todas de muy buena calidad. Aquí he tocado más la rama de la alta costura. Hacemos novias, también. Pero la colaboración con Hoss Intropia también me ha permitido mezclarlo con un trabajo más comercial y más accesible”, comenta la joven. 

Cuando el creador no está en Madrid, Castellar se queda al cargo del taller, una responsabilidad que reconoce no darle miedo. “Estamos mucho tiempo juntos, viajamos bastante, nos entendemos y sabemos lo que queremos. Tenemos una conexión”, confiesa esta. 

Precisamente estos viajes son uno de los aspectos más importantes dentro del día a día de Castellar. “Es imprescindible, porque las ferias importantes son en el extranjero. Tienes que estar informado siempre. Si no vas, no te enteras de nada. También vamos a capitales mundiales para ver tendencias, hacer shopping  y para inspirarnos. Si estas siempre metido en la ciudad en la que trabajas, tienes menos posibilidades de crear cosas nuevas”, explica la creadora. 

Los primeros pasos en el mundo de la moda

Cuando se abre camino en este competitivo mundo, no siempre es fácil. Por ello, Castellar no duda en ayudar a los becarios que entran en el taller de Miguel Palacio, guiándoles en sus comienzos.

“Al principio les explico cómo es la dinámica. Siempre es mejor explicarles todo desde el principio, antes de que cojan vicios y haya que rectificar. Cuando se equivocan, es normal. Nadie nace sabiendo, pero sí que les recuerdo que tienen que estar atentos a todo. Que sean curiosos, para que capten todos los detalles. Que estudien el comportamiento de la gente para tener una respuesta preparada o un trabajo preparado. Que se adelanten”.

De aspecto reservado, Castellar habla con cierta timidez de cómo es trabajar con Miguel Palacio. Contrariamente a otros jóvenes que empiezan en el mundo de la moda, esta madrileña ha podido hacer carrera en su país; y todo apunta a que le espera un brillante futuro gracias a la labor que está haciendo como ayudante de taller de uno de los grandes creadores de la costura española.