Treinta años soñando con 'la hora Coca-Cola Light'

"Son las 11:30: Hora Coca-Cola Light". Hora de tomarse un descanso y de asomarse a la ventana... Muchos todavía no hemos conseguido borrar de nuestra mente la imagen de ese sensual obrero que se toma un respiro de su faena refrescándose con una lata mientras un grupo de 'curiosas' le observan y suspiran. Pues bien, la marca más famosa del mundo regresa con otro de sus míticos spots 'para chicas' con motivo del 30 aniversario de su popular bebida sin azúcar ni calorías. El chico diet (y también diez) elegido para la ocasión es el modelo Andrew Cooper, que durante unos minutos deja plantado a Armani y a Vuitton en la pasarela para convertirse en el jardinero más sexy de todos los tiempos. Vanitatis también hace su particular break para repasar los anuncios de Coca-Cola Light que marcaron un antes y un después en el imaginario femenino.

La campaña 'La hora Coca-Cola Light' ('Diet Coke Break') fue una de las más brillantes y de más éxito de la marca. Creada por la agencia Lowe & Partners, se lanzó en la década de los 90 y se hizo famosa por la idea, aunque la música elegida ayudó bastante. Se trataba de la memorable canción de Etta James I just wanna make love to you. Un spot claramente dirigido al público femenino que, por primera vez en la publicidad mostraba la figura del hombre como un deseo carnal y que trataba la sexualidad de la mujer como algo natural. Pero antes de un jardinero fue un sudoroso obrero de la construcción quien nos incitó a la lujuria...

Hasta este momento, en parte como respuesta al debate de la obesidad y porque los estudios del mercado mostraron que casi el 40% de los consumidores de 'Diet Coke' son hombres, la compañía norteamericana volcó toda su creatividad y su dinero en relanzar la marca como unisex. Sin embargo, desde el lanzamiento de la exitosa campaña de los 90, no ha dejado de lado la seducción para anunciar su producto, jugando siempre con el papel del hombre como deseo sexual. Incluso se llegaron a hacer varios remakes del anuncio original. En 1997, era un escultural limpiador de ventanas llamado Robert Merrill quien volvía locas a las oficinistas... 

Y algo después fue un atractivo repartidor...

En 2004 salimos de la oficina para meternos en un taxi en el que hacía mucho calor...

Unos años más tarde el ascensor del edificio se quedaba parado, aunque no por casualidad, para volver a la misma idea en 2013. Aunque en este caso las mujeres ya no son tan tímidas y se pierde el componente voyeur. Ellas son ellas las que provocan al hombre dando lugar a una anécdota sexy y muy divertida. Este año, el público femenino vuelve a recuperar a su 'chico light'.