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Diez caprichazos de lujo para un dandy actual
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Diez caprichazos de lujo para un dandy actual

El dandismo, el arte de vivir frente al espejo, fue la fiebre del siglo XIX que padecieron Oscar Wilde, Gaudí, Baudelaire, Klimt o Valle Inclán. Häuser nos

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Diez caprichazos de lujo para un dandy actual

El dandismo, el arte de vivir frente al espejo, fue la fiebre del siglo XIX que padecieron Oscar Wilde, Gaudí, Baudelaire, Klimt o Valle Inclán. Häuser nos explica que el dandy inglés es el intelectual burgués que asciende un escalón desde su clase a otra superior; mientras que el bohemio francés es el artista que ha descendido a un nivel proletario… Coinciden, eso sí, en suprotesta contra la rutina y la trivialidad de la vida burguesa

Los dandis del siglo XIX se convirtieron en los gentlemen del XX y éstos en los bon vivants del XXI. La esencia permanece intacta: evasión y exclusividad, puro esteticismo. Cultivar la ociosidad, la elegancia o el refinamiento en el vestir, gustar de la buena mesa y bebida son rasgos de estos hombres que han hecho del lujo -como decía Coco Chanel- "una necesidad que empieza donde acaba la necesidad".

Estos son los diez 'caprichazos' de lujo del dandi actual, porque no van a pasar de moda ni le faltarán herederos:

1. Una corbata personalizada de Hermés. Elegir la seda, la longitud, el ancho de pala, el forro y hasta la etiqueta de una corbata es una tarea de dioses que Hermes hace posible con su servicio de personalización. El proceso de fabricación es único: cada corbata es estampada, cortada y confeccionada a mano por un artesano de la casa. Además, se le pone especial atención a la entretela. El hilo que se usa para confeccionarla es de seda, y es importante que sea de una sola hebra para toda la corbata. (C/ Ortega y Gasset, 12. Madrid)

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2. Una camisa a medida de Turnbull & Asser. Es la camisería del Príncipe Carlos de Inglaterra. James Bond mata por sus impecables camisas blancas de doble puño. Una carta de 1000 tejidos 100% bespoke para perderse entre algodones egipcios, sedas ó cashmere. Por su sastrería fundada en 1885 en Jermyn Street han pasado desde Sin Winston Churchill hasta Frank Sinatra, pasando por Picasso ó Sir Richard Attenborough. (71-72 Jermyn St. Londres)

3. Un traje cortado a mano poMariano Rubinacci. Este atelier de moda masculina representa la esencia del verdaderohandmade in Italy. El príncipe Humberto de Saboya permitió en 1941 que su escudo de armas se plasmara en la firma de la tienda. De origen Napolitano, la saga Rubinacci, trabaja sobre papel y corta a mano las prendas. Artesanos de la tela que dejan su huella en cada una de las puntadas internas de sus chaquetas. (Via Montenapoleone, 18. Milán)

4. Un jersey de Baby Cashmere de Loro Piana. Es el jersey por excelencia. Para hacer un sólo jersey Loro Piana necesita la fibra de al menos 19 crías de cabra Hyrcur y llegar hasta la impenetrable región montañosa del interior de Mongolia, donde habita esta especie. La fibra es obtenida a través de un delicado sistema, completamente inocuo para el animal, y que se le realiza cuando tiene entre tres y doces meses de edad y tan sólo una vez en la vida. (C/Ortega y Gasset, 16. Madrid)

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5. Un abrigo de vicuña de Brunello Cucinelli. "No es cashmere, es vicuña", sentencia Chris Wilton, el personaje al que da vida Jonathan Rhys-Meyers en la galardonada película Match Point. Lo tiene claro, sabe que la vicuña es el tejido más exclusivo que existe. El pelo de vicuña se caracteriza por su forma hueca y mullida aportando a las prendas un tacto delicado, esponjoso. Los abrigos de Brunello Cucinelli son de líneas depuradas, sin estridencias y de cortes impecables. Son perfectos-parafraseando a Jakcie Kennedy- para ser el hombre mejor vestido del mundo sin parecerlo. (C/ Lagasca, 25. Madrid)

6. Unos zapatos a medida de Lobb. "La tienda más hermosa del mundo", así es como la prensa internacional describe el esplendor de los locales de Londres de John Lobb, Bootmaker. A la sombra de la gran puerta de la torre del palacio de St. James, construido por Enrique VIII, la calle St. James ha sido tradicionalmente el hogar de cafés, clubes de caballeros y elegantes proveedores de equipo, la meca de los nobles y la moda desde hace siglos. Aquí todavía es posible encontrar una empresa donde se realizan las botas y los zapatos con la mano a los exigentes estándares de la antigua nave. Las instalaciones actuales Lobb en el número 9 se levantaron cobre la casa de Lord Byron. Un par de zapatos hechos a mano de Lobb son una obra de arte, única de su dueño. Son creados por la estrecha colaboración de un número de artesanos especializados.

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7. Un reloj Patek Philippe. La única joya que se permite a un hombre es su reloj. El relojero suizo Antoni Patek se unió en 1845 con el francés Adrien Philippe siendo los pioneros en el calendario perpetuo, el cronógrafo y el repetidor de minutos en los relojes. La compañía fabricó los primeros los relojes de cuarzo e incluso un reloj de pulsera digital. En 2008 su "Ref. 5002P Sky Moon Tourbillon" fue subastado en Hong Kong Sotheby's por unos 11,75 millones de dólares hongkoneses (HK$).(Joyería Suárez. C/ Serrano, 63. Madrid)

8. Un cinturón de cocodrilo de Tom Ford. Su manejo del cocodrilo es soberbio. En su línea de marroquinería Ford muestra su lado más sibarita, trabaja el cocodrilo a mano para conseguir la perfecta simetría de cada una de las piezas. (Muelle Ribera, Puerto Banús. Marbella)

9. Una bolsa de viaje de Goyard. Cristobal Balenciaga, los Romanov, los Rockefeller o los Angnieli confiaron el transporte de su equipaje a esta casa francesa. Su estampado Goyardine, creado en 1892 y recuperado en 1998, es signo de distinción. La "Y", que se dibuja a mano en todas sus piezas, evoca el árbol genealógico de tres siglos de tradición familiar Goyard.(233, Rue Saint-Honoré. París)

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10. Un perfume exclusivo de Jar. E joyero parisino Joel Arthur Rosenthal elabora en su joyería de Paris exclusivos perfumes para una clientela secreta. Este judío afincado en la ciudad de la luz, es un ingeniero de las piedras preciosas y de los aromas. Siete fragancias como siete pecados capitales entre los que destaca Golconda. (14, Rue de Castiglione. París)

 

El dandismo, el arte de vivir frente al espejo, fue la fiebre del siglo XIX que padecieron Oscar Wilde, Gaudí, Baudelaire, Klimt o Valle Inclán. Häuser nos explica que el dandy inglés es el intelectual burgués que asciende un escalón desde su clase a otra superior; mientras que el bohemio francés es el artista que ha descendido a un nivel proletario… Coinciden, eso sí, en suprotesta contra la rutina y la trivialidad de la vida burguesa