99 españoles influyentes y yo

En una gala celebrada en el Palacio de Viana,por iniciativa de la asociación Fusionarte y con el apoyo de la oficina del alto comisionado de la Marca España, fueron premiados este miércoles 100 emprendedores españoles que realizan su labor en el extranjero por mejorar la percepción del país fuera de nuestras fronteras.Los galardonados pertenecen a distintos campos de actividad, donde han demostrado un nivel de excelencia en sus profesiones. Entre ellos hay médicos, investigadores, biólogos, físicos, misioneros, cooperantes, periodistas, empresarios, músicos, actores, pintores, docentes, cantantes y bailarines. Una de las premiadas, Paloma Gómez Borrero (69), periodista española afincada en Romaque tiene en su haber la Cruz de la Orden de Isabel la Católicaconcedida por el Rey Juan Carlos I, ha querido compartir con los lectores de 'Vanitatis' su experiencia como parte activa de esta iniciativa.

Cuando me llamaron a Romadiciéndome que había sido elegida como una de las cien personas de la querida Marca España, pensé que era una llamada de uno de esos programas que te dicen poco menos que eres unaInocente. No me lo creí; me pasó como a aquel párroco de una iglesia de las afueras de Roma al que le llamaron para comunicarle que el Papa Juan Pablo II le invitaba a almorzar. Tan increíble le pareció que, según me contaron, hubo que enviarle un germaine del Vaticano para que se lo explicara más detalladamente.

Personalmente, me lo comunicó, dándome la enhorabuena, nuestro embajador ante el gobierno italiano, Francisco Javier Elorza. En ese momento se me mezclaron dos sentimientos. Por un lado orgullo y satisfacción y, por otro, también me quedé perpleja alpensar que, entre tantos “paisanos ilustres”, el alto comisario de la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, y un jurado de personalidades formado por Mariluz Barreiros, María Blasco, Emilio Botín, Antonio Brufau, Marcos de Quinto, Francisco Reynés y Antonio Vázquez, me habían incluido entre los cien.

Ayer, en el palacio de Viana de Madrid,tuvo lugar la entrega de estas placas doradas, preciosas y originales. Sobre la placa aparecen cincelados los cinco continentes salpicados de puntitos que marcan el lugar en el que vivimos y desde donde, perdón por la inmodestia, los cien magníficos hacemos grande la Marca España.

La ceremonia fue emotiva, dentro de la sencillez, y en un marco histórico como es el palacio de Viana de Madrid. No pudieron estar los 100, ya que a algunos les era imposible llegar hasta Madrid, como al tenor Plácido Domingo o al actor Antonio Banderas. No estaba, y me hubiera encantado conocerla, la alcaldesa de París, Ana Hidalgo. Los que sí pudimos asistir, en total nos juntamos 45, tuvimos que hacer horas y horas de vuelo para la ocasión. Tampoco acudió a la cita Elena Ochoa, mujer del arquitecto Norman Foster. No obstante, sí que estarán presentes sus fotos, como la del resto de los 100, en el aeropuerto de Barajas a partir del próximo día 2 de junio en la Terminal 2, para seguir después expuestas en la Terminal 4, antes de viajar por el mundo haciendo patria.

Aproximadamente 20 éramos mujeres. De Singapur había aterrizado en Barajas Patricia Urquiola, arquitecta y diseñadora asturiana considerada una de las más prestigiosas y más admiradas en Italia, más concretamente en Milán, donde tiene su estudio. Estaba también Miriam González, esposa del viceprimer ministro del Reino Unido, Nick Clegg, elegantísima. Con ella estuve intercambiando recetas de cocina y le recomendé que le preparase a su esposo los espagueti al laurel, receta que me dio Sophia Loren, no por ser político, sino por estar casado con una Marca España. No estaba sola, ya que la acompañaba su hermana, que está esperando un niño, y su madre. No regresaba directamente a Inglaterra, se quedaba unos días en Granada porque le hacía ilusión que sus hijos conocieran esta ciudad. Lo que no me dijo, quizá será secreto de Estado, es si su marido la acompañará en su viaje. Seguramente no pueda porque todavía queda mucho que hacer con las Elecciones Europeas.

Entre los nombres femeninos más curiosos jamás hubiera pensado encontrarme con una egiptóloga de fama universal como Miriam Seco o una neurocientífica de la talla de Susana Martínez Conde. También destacaba la epidemióloga Montserrat Soriano, que ejerce su labor en Alemania, una física como Teresa Nieves y, por supuesto, bailarinas del calibre de Tamara Rojo, del English Ballet o Sonia Rodríguez, bailarina y coreógrafa que vive y trabaja en Canadá. Entre los cien, y entre los hombres, destacaba el padre jesuita Andrés Díaz de Rábago, que aterrizó en Madrid procedente de Taiwán y, a pesar de haber cumplido los 92 años, estaba sonriente y tranquilo como si hubiera venido de Vallecas. En definitiva, una gran velada de españoles influyentes que llevan el nombre de este país por el mundo.