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Lady Gaga: el antes y el después de la revelación de los Oscar

Si a bote pronto te preguntan cuántos cambios de look ha tenido Lady Gaga… ¿Sabrías decir el número exacto? Más ecléctica que Madonna, más polifacética que Cher

Más parecida a Dita von Teese que a la Gaga del 'Poker Face'. Lady Gaga en la 25 edición de los Screen Actors Guild Awards (SAG) de 2019. (Getty)

Con la boca abierta nos dejó cuando apareció con el cabello del mismo color que su vestido. Lady Gaga en la 76 edición de los Globos de Oro en 2019. (Getty)

No sabemos si se debía a lo tirante de su trenza o si, como dicen los rumores, se hizo algún retoquillo antes de la gala. Lady Gaga en la 60 edición de los Grammy Awards en 2018. (Getty)

Muy poco Gaga pero muy favorecida con la piel bronceada, los pómulos marcados y los ojos muy intensos. Lady Gaga en la 25 edición de la Annual ELLE Women in Hollywood Celebration en 2018. (Getty)

A lo rockera y con mechas, labios y sombras en rosa. Lady Gaga en la 60 edición de los Grammy en 2017. (Getty)

Sus cejas desaparecieron y sus labios se quedaron desnudos en este look cuyo peinado nos recordaba al de Barbra Streisand en 'Ha nacido una estrella' (1976)... ¿Sería un homenaje? Lady Gaga en el desfile de Saint Laurent en 2016. (Getty)

Cuando se prueban todos los colores de la paleta del peluquero, el rojo tiene que ser muy pero que muy intenso. Lady Gaga en la 58 edición de los Grammy en 2016. (Getty)

Melena dorada y ondas propias de Grace Kelly. Lady Gaga en la 88 edición de los Oscar en 2016. (Getty)

Para la gala del MET, todo el mundo se disfraza y Gaga se monta sus propias películas. ¿No os recuerda al personaje de dibujos? Lady Gaga en la gala del MET en 2015. (Getty)

Cuando te pasas con el relleno de labios, suele ocurrir esto, que dejas de ser quien eres para parecerte a muchas personas. Lady Gaga en la décima edición del Annual Women In Music en 2015. (Getty)

Una de las innovaciones que siempre han acompañado a la cantante han sido las cejas. Las maquilla, las hace desaparecer o les pone brillantes. Lady Gaga en 2014. (Getty)

Quiso emular a Farah Diva y casi casi. Lady Gaga en 2014. (Getty)

Puede que sea la vez que más se ha parecido a como fue en sus orígenes. De morena y con un maquillaje menos recargado. Lady Gaga en 2014. (Getty)

Si decimos que no hay ni un peinado que se le haya resistido, no mentimos. Lady Gaga en el Capital FM Jingle Bell Ball en 2013. (Getty)

A lomos de un caballo artificial apareció y optó por un maquillaje de lo más bucólico y natural. Realmente estaba guapa. Lady Gaga en los American Music Awards en 2013. (Getty)

Marcándose un cardado propio de los 60 y con un favorecedor color de pelo... Pero parece un poco peluca, ¿no crees? Lady Gaga en el lanzamiento de su fragancia Fame by Lady Gaga en 2012. (Getty)

El rubio es un color demasiado habitual, debió de pensar, y se decantó por las mechas amarillas.  Lady Gaga en la 52 edición de los Grammy en 2010. (Getty)

Cuando Katy Perry tenía el pelo azul, ella lo llevaba de color azul 'Bajo del mar'. Lady Gaga gana el Fashion Icon Award en los CFDA Fashion Awards en 2011. (Getty)

Uno de sus looks más polémicos, enfundada en carne fresca y con un filete sobre el cabello. La melena plateada con puntas azules tampoco tiene pérdida. Lady Gaga en los MTV Video Music Awards en 2010. (Getty)

Un bob trapezoidal con extra de volumen. Lady Gaga en 2009. (Getty)

¿Que hay que charlar con la monarquía? Pues me marco un maquillaje a base de sombras pegadas. Lady Gaga con la reina Isabel II de Inglaterra en 2009. (Getty)

Una de las versiones del lazo de pelo que se volvió viral. Lady Gaga en el lanzamiento de VEVO en 2009. (Getty)

Con un maquillaje muy sencillo y mostrando su verdadero rostro. Así la conocimos y no sabemos si el outfit era un homenaje a Kylie Minogue. Lady Gaga en el programa 'Total Request Live', de la MTV, en 2008. (Getty)

 

Si a bote pronto te preguntan cuántos cambios de look ha tenido Lady Gaga… ¿Sabrías decir el número exacto? Más ecléctica que Madonna, más polifacética que Cher (la Cher que actuaba y se llevaba premios, no la amante de la cirugía estética) y con una voz más portentosa que la de cualquier cantante de su generación, Lady Gaga ha llegado a las nominaciones a los Oscar con su primer papel… ¿Hay algo que le quede por hacer?

Sobrevolando el 2008, aquel año en el que una cantante que parecía tener algún tipo de tartamudeo “papapapoker face papapapapapoker face”, “rarararara-a-a-a-roma-roma-ma”, se alzaba a los primeros puestos de las listas de éxito. Pero más allá de su prodigiosa voz y sus temas pegadizos, su estética era su mejor carta de presentación. Muchos la llamaron la Madonna de una generación y aseguraron que sería una moda pasajera. Hoy, 10 años más tarde, Lady Gaga no tiene absolutamente nada de pasajero. Aunque sus cambios de looks sí que han sido pasajeros (casi tanto como los de Blanca Suárez). Y es que la cantante estadounidense no ha aguantado con el mismo cabello o maquillaje más de 2 meses.

Larga melena platino con un flequillo de los que se llevaban la década pasada. El cabello de Lady Gaga no era tan peculiar por aquel 2008 como lo es hoy. Con una estética casi espacial y ultrasexy, Stefani Joanne Angelina Germanotta, como en realidad se llama la cantante, hacía su aparición en el videoclip de ‘Poker Face’. Pero su maquillaje ya era toda una declaración de intenciones que prometía que nos íbamos a divertir mucho con ella. Sobre uno de sus ojos se dibujaba el famoso rayo de David Bowie, eso sí, en glitter, para darle a todo un toque más Gaga, a modo de pegatina o convertido en una estrella.

Otra de sus aportaciones al mundo del cabello fue aquel lazo hecho con pelo. Tan icónico como el recogido de Amy Winehouse, cientos de tutoriales se colaron en Youtube enseñando cómo recrear el peculiar peinado, incluso llegaron a comercializarse horquillas con lazos de pelo.

Una vez superada la fase del flequillo, Lady Gaga decidió cambiar el color de su cabello y se pasó por el amarillo, no el rubio dorado, no, el amarillo, y esta vez con ondas clásicas. Pero tocó probar un nuevo color y este fue el gris. Con un filete de carne acomodado sobre su melena y ejerciendo de tocado propio de Ascot, la cantante volvió a dejar al mundo sin habla. Recogido de altura recreando a la propia Maria Antonieta, convertido en una pamela, como un falso bob… Y uno de nuestros preferidos, con latas de refresco a modo de rulos. Única, simplemente única. Por supuesto, su tono de cabello ha probado todos los colores del arcoíris: verde, azul turquesa, rosa, rojo y, el último, el malva.

Sobre el maquillaje de la cantante, poco podemos añadir que no se haya dicho. Las sombras glitter puede que hasta hayan sido lo más light que haya llevado Lady Gaga. Ahumados de colores, maquillajes que imitaban a ojos gigantes, todo con la magia del delineado en blanco, cejas de brillantes, cara lavada… Hasta llevó apliques en las mejillas y bromeó sobre dejarlos de forma permanente.

Pero, además de los peinados imposibles y los maquillajes más arriesgados (desde pestañas extragrandes hasta los delineados con apliques), sus escarceos con los retoques quirúrgicos son más que evidentes.

Poco queda ya de aquella neoyorquina de ascendencia italiana con una nariz gruesa y unos labios muy finos. Tras varios retoques, el tabique está visiblemente más afinado y la punta de la nariz es más pequeña. Los labios son quizá lo que más llama la atención de la actual imagen de Lady Gaga y es que ahora recuerda a esas mujeres que se han pasado de la raya con el relleno de labios. También puede intuirse alguna que otra inyección de ácido hialurónico de cara a la temporada de premios. Pero, cuidado, todo es una suposición a simple vista, recordemos que Lady Gaga asegura que nunca se ha hecho ningún retoque... Juzga tú misma. 

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