Solo se quedó en un susto, pero la cogida de Fran Rivera ayer tarde en la corrida de toros goyesca con la que el diestro ponía fin a su carrera en el mundo del toreo, dejó a todo el mundo con el corazón en un puño. Especialmente a su mujer, Lourdes Montes, que presenciaba la que pretendía ser su gran fiesta en una tarde de sentimientos encontrados.

[LEE MÁS: Las diez claves del adiós del diestro]

El hijo de Paquirri ponía ayer sábado, 2 de septiembre, el punto final a su carrera como matador. Hace dos años, sufrió una aparatosa cogida en Huesca que le hizo replantearse su futuro en el mundo de la tauromaquia. Y el percance de ayer tarde vino a corroborar lo que los más cercanos al diestro anhelaban: que se cortara la coleta y colgara ya el traje de luces.

Desde los tendidos numerosos vips (Eva  González, Susanna Griso, Carmen Lomana...) aplaudían y jaleaban al diestro que, al final de la corrida, fue paseado en hombros por su hermano Cayetano en una vuelta al ruedo que cierra una carrera de más de 22 años. Fran dedicó su faena a su hija Cayetana, que también estaba entre el público.