El agitado futuro más inmediato de Leonor: confirmación, un curso en el extranjero...

"Lo que quiere no, lo que debe ser". Con esta frase, doña Letizia dejaba bien claro este verano durante sus vacaciones en Mallorca que Leonor, por su condición de heredera del trono, tiene un futuro bien marcado. Fue durante un acto en Palma cuando una niña le preguntó a la Princesa qué quería ser de mayor, y la Reina zanjó el tema ella misma, dejando claro que su primogénita seguirá los pasos indicados para convertirse en un futuro en reina de España.

Y no son pocos. A punto de cumplir 15 años, Leonor tiene ante sí un futuro inmediato lleno de retos, de primeras veces y nuevas experiencias que la formarán para algún día asumir la jefatura del Estado. La pauta está marcada por su padre, el rey Felipe, y la educación que recibió y que lo llevó a convertirse en el príncipe más preparado de la historia. "No se va a conocer en Europa príncipe mejor formado", presumió el emérito tras la ceremonia de graduación de su hijo en la Universidad de Georgetown.

Don Felipe y doña Letizia también quieren eso, que Leonor sea una reina ampliamente formada, y de ahí que desde pequeña esté recibiendo clases de catalán, euskera y gallego, además de inglés -que habla como una nativa- y árabe. Pero es ahora cuando la Princesa deberá enfrentarse a nuevos retos, sobre todo institucionales. En 2021, sin ir más lejos, se espera que visite la ciudad de Santiago, con motivo del año Xacobeo, para que Leonor abrace al apóstol cumpliendo así con una vieja tradicion. Tal como cuenta '¡Hola!', Leonor, en un paso más como futura reina, podría pronto empezar a acudir a actos como audiencias en el palacio de la Zarzuela e incluso estar presente en almuerzos con mandatarios extranjeros para así irse familiarizando con este tipo de compromisos y también ir, poco a poco, cogiendo soltura para el futuro que le espera.

En cuanto a su formación académica, es probable que la Princesa de Asturias pase un curso en el extranjero al igual que hizo su padre, el rey Felipe, quien en 1985 se graduó en Bachillerato en el colegio canadiense de Lakefield. De momento, Leonor y su hermana, la infanta Sofia, ya han asistido varios veranos a campamentos en Estados Unidos, unas experiencias que ellas mismas han descrito como "muy divertidas". También está pendiente por saberse qué ocurrirá finalmente con la formación militar de Leonor, un tema un tanto complicado, pero que se ha reabierto estos días después de ver las imágenes de Elisabeth de Bélgica fusil en mano empezando su andadura castrense.

Alguien podría pensar que la formación de la heredera es competencia de la Casa del Rey. Lo es, pero no exclusivamente, y en cualquier caso la última palabra la tiene el Gobierno, como confirmó un portavoz de Zarzuela en conversación con Vanitatis: "Como norma general constitucional, todos los actos de la Corona tienen el refrendo del Gobierno y la responsabilidad política recae en última instancia en el Poder Ejecutivo". Por ahora, apuntan, sobre la formación de Leonor "no se puede adelantar nada". "En el momento en que haya alguna cuestión concreta se dará a conocer", añaden.

Por lo que tendremos que esperar para saber qué sucede con estos temas. Lo que sí parece bastante claro es que Leonor recibirá la confirmación el próximo año junto a sus compañeros de colegio, al igual que ocurrió en su primera comunión. De nuevo, la Princesa seguirá los pasos de don Felipe con este sacramento de verificación de la fe. En el caso de su padre, estaba a punto de cumplir los diez años cuando, en una ceremonia privada en la ermita del palacio de la Zarzuela, celebró su confirmación ante una decena de invitados.

Fue el 15 de enero de 1978 junto a sus hermanas, las infanta Elena y Cristina, de 15 y 12 años, respectivamente. Don Juan Carlos ejerció de orgulloso padrino de su hijo, al que, tal como marca la tradición, tendió la mano derecha sobre su hombro cuando el sacerdote hizo la señal de la cruz en su frente. La incógnita ahora es: ¿a quién elegirá Leonor como padrino de confirmación? No tienen por qué ser los mismos padrinos que en el bautizo -en este caso, sus abuelos paternos-, lo indispensable es que sea alguien confirmado.