El broche de la reina Victoria Eugenia no tiene quien lo quiera

Hablábamos hace unos días en Vanitatis de una joya de lo más especial que iba a salir a subasta. Se trata de un broche que perteneció a Victoria Eugenia, una pieza creada por Cartier en 1933 y que era de las piezas más queridas por Ena, como llamaban familiarmente a la esposa del rey Alfonso XIII, bisabuela y madrina del rey Felipe. La joya estaba incluida en un espectacular lote que la casa de subastas Sotheby´s sacaba a la venta el pasado miércoles, día 11 de noviembre, en la sede de Ginebra. En el lote se incluían impresionantes tiaras, anillos y collares de piedras preciosas, todas pertenecientes a familias nobles u originarias de familias reales y con gran valor económico. Y en el caso del broche de Victoria Eugenia, también histórico.

La sorpresa vino cuando, al acceder a la subasta para conocer el resultado de las ventas y qué cifras habían alcanzado cada una de las piezas, el broche no se encontraba en la lista de las joyas vendidas. Es más, al ir a acceder directamente a su anuncio en la página web de la casa de subastas, nos encontramos una alerta que nos decía que ya no estaba disponible, mientras el resto de piezas que lo acompañaban en el mismo lote seguían visibles, incluso se podía ver la cantidad por la que finalmente se habían vendido. Nos pusimos entonces en contacto con la sede española de Sotheby´s para ver si nos podían explicar a qué podría ser debido. Y la respuesta es simple: el broche de Victoria Eugenia no tiene quien lo quiera.

O en otras palabras, esa pieza ha resultado invendida, por eso ya no se puede acceder a ella a través de la página web de Sotheby´s ni encontramos los detalles de su venta. Aunque no nos han podido aclarar el motivo de por qué ha resultado invendida, sí nos indican que puede ser por dos razones. Una, que las ofertas no hayan alcanzado la cifra que se estimaba. O dos, que directamente nadie haya pujado por ella. Algo que sería realmente sorprendente, dado que se trata de una pieza bastante icónica y muy valiosa, compuesta de diamantes y de un zafiro cabujón de origen birmano. Es una joya, además, que la propia Victoria Eugenia apreciaba mucho, como demuestran las fotografías que existen de algunas ocasiones en las que lo llevó, que no fueron pocas.

Ahora, según nos cuentan en Sotheby´s, lo que se haga con la joya en cuestión depende únicamente del propietario. Podría volverla a sacar a subasta dentro de un tiempo, quedársela o intentar venderla por otra vía. Por supuesto, se desconoce totalmente quién es el actual propietario, un dato que habitualmente suele quedar en secreto en este tipo de subastas. Muchas de las joyas de Victoria Eugenia permanecieron en el joyero real por deseo suyo, pasando a formar parte de las llamadas 'joyas de pasar'. Otras se repartieron entre sus descendientes y se perdieron en el camino, ya que algunos decidieron vender parte de ese legado para conseguir efectivo. Es, precisamente, el destino de ese broche de zafiro y diamantes, del que se desconoce por completo su ubicación actual.