La atípica Navidad de la reina Letizia: sin familia política y sin amigo invisible

Esta no será una Navidad normal para nadie. La pandemia del coronavirus condicionará la celebración de estas fiestas, como lo ha hecho con la mayoría de eventos del 2020. Y la familia real española no es ajena a ello. Su misión es la de la ejemplaridad, y por eso los Reyes deben cumplir como los que más las medidas sanitarias recomendadas para estos días: distanciamiento social, número de personas limitado y, a poder ser, no mezclar más de dos burbujas familiares.

Unas condiciones que doña Letizia tiene muy fácil respetar, sobre todo en lo que se refiere a su familia política. Atrás quedan aquellos años en los que la familia Borbón al completo, incluidos los primos Zurita y los Gómez-Acebo, se reunían en el Palacio de la Zarzuela el 24 de diciembre para celebrar la Nochebuena. Una velada en la que, entre otras cosas, se jugaba al amigo invisible.

Las de este 2020 van a ser unas navidades atípicas, pero no solo por el coronavirus. Con don Juan Carlos a más de 7.500 kilómetros de distancia, las fiestas se presentan, cuando menos, distintas. El Rey emérito ya ha aclarado este jueves a través de un comunicado oficial que no tiene intención de regresar a España, en contra de lo que hasta ahora se había publicado tras la regularización de su situación con Hacienda.

"He decidido no viajar en estas fechas navideñas por la triste situación de la pandemia en España y en el mundo, y por ser persona de alto riesgo. Con la esperanza de que todo mejore", reza el comunicado enviado por don Juan Carlos desde Abu Dabi, donde se encuentra desde agosto, cuando decidió dejar el país por los múltiples problemas financieros surgidos.

Todo apunta a que doña Letizia tampoco contará con sus cuñadas para estas fiestas. Lo de Cristina es normal, ya que fue desterrada tras el caso Nóos y suele pasar las navidades en Vitoria, con la familia Urdangarin, pero Elena sí era una de las invitadas a Zarzuela en estas fechas. Sin embargo, según confirman fuentes cercanas a Vanitatis, la duquesa de Lugo valora pasarlas en la capital de los Emiratos Árabes con su padre.

Un viaje al que pretende llevarse a sus hijos, Froilán y Victoria Federica, para que estén con su abuelo, y al que también podría unirse la infanta Cristina en el caso de que Urdangarin no tuviera permiso para salir de la cárcel de Brieva. Las dos hermanas demostrarían así que siguen apoyando a su padre, una posición muy contraria a la de Felipe VI, quien se ha alejado por completo -él mismo y también a su hija y heredera, Leonor- de su figura.

En cuanto a la reina Sofía, no hay información. Discreta como siempre, la Reina emérita no ha comentado cuáles son sus planes, aunque lo más probable es que, siguiendo los pasos de su marido, decida no viajar en plena pandemia y se quede en Madrid, en la Zarzuela, donde se encuentra ahora junto a su inseparable hermana, la princesa Irene.

Existe la opción de que ambas viajen a Grecia para estar con Constantino y el resto de la familia real griega, pero es poco probable teniendo en cuenta que ninguna de ellas estuvo en un acto tan importante como es la boda del príncipe Philippos, su sobrino, con Nina Flohr celebrada en St. Moritz el pasado fin de semana. Un enlace al que sí acudió la infanta Cristina acompañada por su hija, Irene.

Este año, además, es especial para una parte de la familia Borbón, ya que serán las primeras navidades sin la infanta Pilar, quien falleció el pasado 8 de enero. Sin duda, unas fiestas raras, como lo ha sido todo este año.