La jura de la Constitución de Leonor, en 29 palabras: "Juro respetar los derechos y fidelidad al Rey"

"Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas, y fidelidad al Rey". Con estas 29 palabras, calcadas de las que pronunció su padre el 30 de enero de 1986, Leonor ha comenzado el segundo acto de su vida institucional. También ha utilizado el mismo ejemplar de la carta magna que usó su padre.

Pasadas las 11:20 de la mañana, los reyes Felipe y Letizia, la Princesa de Asturias y su hermana, la infanta Sofía, hicieron su entrada en el Salón de Sesiones del Congreso. Con los nervios propios del momento, la joven Leonor, que hoy cumple 18 años, fue recibida con aplausos por diputados, senadores y las personalidades invitadas que ocupaban las tribunas, todos puestos en pie. Acompañaban a la familia real el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (otro socialista, como lo era Felipe González cuando juró su padre), y los presidentes del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y del Senado, Pedro Rollán. Todos ellos ocuparon asiento en el estrado presidencial junto al letrado mayor de las Cortes Generales. Sonó el himno de España, como había sonado minutos antes a las puertas del Congreso.

Entre los invitados, junto a los expresidentes del Gobierno de España, los ponentes de la Constitución que siguen vivos, presidentes de comunidades autónomas, alcaldes y representantes de la sociedad civil, hasta un total de 585 sillas.

El acto empezó con la intervención protocolaria del letrado mayor de las Cortes Generales, quien dio paso a las palabras de Francina Armengol, presidenta del Congreso: "Celebramos un compromiso con nuestro sistema político", dijo, "en estos 45 años nuestra sociedad ha cambiado y nuestras instituciones se han ido adaptando a las transformaciones, lo que nos ha permitido llegar a hoy como una democracia moderna; somos hoy una España plural, abierta y europea".

Armengol se ha referido a la España de 1986, que fue testigo del juramento del Rey actual, una España, ha dicho, "que miraba al futuro con esperanza de cambio". "Hoy somos de forma más robusta y profunda aquel país democrático y libre", ha elogiado, "somos una España con peso en el mundo". "La princesa Leonor es digna representante de esta España de hoy, una joven cercana al sentir de su generación, con retos por delante como la crisis climática, la violencia de género o el modelo económico. Ser una mujer joven en la España de hoy es saber que enfrentarse a estos desafíos es la única forma de enfrentarse a un futuro digno de ser vivido".

La presidenta del Congreso ha elogiado a la democracia como el mejor sistema de organizar una sociedad con la que tiene que caminar de la mano. "La jura de la Princesa supone el firme compromiso con este presente libre y democrático, enraizado con un pasado que no olvidamos". La presidenta del Congreso ha utilizado todas las lenguas cooficiales del Estado en su discurso, cuando ha citado a distintos poetas. Ha terminado con unas palabras de Gregorio Peces-Barba, quien era presidente del Congreso en la jura del príncipe Felipe.

A continuación ha dado la palabra a la Princesa, quien ha pronunciado el juramento. Al decir estas palabras, la heredera se somete al derecho, une su destino al de España y la Constitución, tal y como recoge el artículo 61 de la Constitución Española: "El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas. El Príncipe heredero, al alcanzar la mayoría de edad, y el Regente o Regentes al hacerse cargo de sus funciones, prestarán el mismo juramento, así como el de fidelidad al Rey".

Desde mañana ya cuenta con legitimidad para ostentar la jefatura del Estado en un futuro o para ser regente en el caso de que fuera necesario, como también prevé la Constitución en el artículo 57: "El Príncipe heredero, desde su nacimiento o desde que se produzca el hecho que origine el llamamiento, tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y los demás títulos vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España. Si el Rey se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad y la imposibilidad fuere reconocida por las Cortes Generales, entrará a ejercer inmediatamente la Regencia el Príncipe heredero de la Corona, si fuere mayor de edad. Si no lo fuere, se procederá de la manera prevista en el apartado anterior, hasta que el Príncipe heredero alcance la mayoría de edad".

El juramento de Leonor tiene una doble dimensión, por un lado jurídica y por otro simbólica. A través de esta solemne ceremonia se concreta el sometimiento del heredero de la Corona al ordenamiento constitucional, a los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y al propio Rey. De ahí que sean las Cortes Generales, como representantes del pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado y en el que reside la soberanía nacional, quienes reciben este compromiso de tanta trascendencia. "Aquí está representada la soberanía nacional que reside en el pueblo español; aquí se integran las diversas fuerzas políticas, con los intereses que defienden y con los objetivos que pretenden cumplir: aquí se hacen las leyes: aquí se fiscaliza al Gobierno: aquí, en definitiva, es posible una actividad política regida por el principio de las mayorías, con el respeto a las minorías", elogió Gregorio Peces-Barba, presidente del Congreso en la jura del príncipe Felipe.

Tras acabar el acto oficial, las Cortes Generales se han puesto en pie y han iniciado un aplauso de varios minutos, al que Leonor ha respondido con cierta timidez, una breve sonrisa y la sonrisa satisfecha del rey Felipe, quizá más acostumbrado a estas lides. La Princesa se ha visto algo abrumada en estos últimos momentos. Pasadas las 11:42 de la mañana, se ha levantado la sesión. A continuación se le han impuesto las medallas del Congreso y del Senado, y la Princesa ha firmado en el Libro de Honor del Congreso.