La impresionante tiara escondida durante más de 140 años que la reina Mary de Dinamarca ha recuperado en una cena de gala

Sorpresa, sorpresa. Mary de Dinamarca ya nos demostró hace unos meses que está muy interesada en el joyero real. La reina decidió reconvertir un collar en una nueva tiara, y este mismo martes nos ha dado otra gran alegría al rescatar del joyero real una tiara que llevaba escondida cerca de 140 años. Ha ocurrido en la cena de gala que han ofrecido el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, y su esposa, Suzanne-Ines Stubb, en honor a los reyes daneses, quienes se encuentran realizando una visita de Estado.

El primer día de este viaje ha terminado con un banquete en el Palacio Presidencial de Helsinki para el que la etiqueta marcaba vestido de gala, condecoraciones y tiara. Y Mary ha decidido rebuscar en el joyero de la familia real danesa, desempolvando una joya muy especial. Nos referimos a una tiara de oro amarillo con gemas antiguas que perteneció a la reina Carolina Amalia, casada con Christian VIII, regente de Dinamarca entre 1839 y 1849.

Presenta once gemas engastadas que fueron recolectadas por el marido de Carolina Amalia durante el viaje de la pareja a Italia en 1819, cuando visitaron Roma y las antiguas excavaciones en, entre otros lugares, Pompeya. Según la información de la casa real danesa, "las joyas reflejan el gusto clasicista de la época y estaban pensadas para el uso diario, más que para las más llamativas joyas de diamantes".

Mary lucía también un brazalete de la princesa Vilhelmine Marie, que le compró su marido, Federico VII, durante un viaje en 1828. La pulsera, realizada en oro y decorada con piedras semipreciosas de la zona del Vesubio, se presentó en una caja con la romántica inscripción francesa: “C'est du sommet du Vésuve enflammé que mon cœur vole à toi” (“es desde lo alto del ardiente Vesubio que mi corazón vuela hacia ti)".

Después del divorcio en 1837, Vilhelmine Marie conservó el brazalete, que más tarde pasó a formar parte de la Colección Real. La pulsera se exhibe normalmente en el Tesoro bajo el Castillo de Rosenborg, donde también se exhibirá la diadema una vez concluida la visita de Estado a Finlandia.

La reina ha rescatado de su armario un vestido del diseñador danés Jesper Høvring. Se trata de un modelo con estampado en color naranja, ocre, mostaza y marrón formando hojas. Presenta cuerpo con mangas transparentes y escote en V, que se acompaña de falda en línea trapecio. Mary lo estrenó en la cena de Año Nuevo de 2019, y esta es la segunda ocasión en la que luce el vestido.

Y como ya es costumbre en ella, lo ha customizado para darle una forma distinta a la primera vez que lo llevó. La reina ha decidido añadirle un fajín en color mostaza con el que marcaba silueta. La australiana llevaba la banda azul marino de la Orden de la Rosa Blanca de Finlandia, que sujetaba gracias a un broche de oro amarillo, a juego también con los pendientes.