El día a día del nuevo diseñador de Loewe en España

La marcha de Stuart Vevers del Reino Unido dejó a la prensa inglesa desolada. El diseñador que reflotó a Mulberry como marca de bolsos de lujo abandonaba la casa en la que llevaba dos años por el rancio abolengo de la española Loewe en un cambio que, con la perspectiva del tiempo, se puede calificar de más que acertado. El británico publica, desde el anuncio de su fichaje, un diario en el Telegraph Magazine. En él Vevers desgrana las emociones que rodearon su llegada a Madrid y el día a día de su trabajo creativo para la firma propiedad de LVMH.

“La luz de Madrid es asombrosa. ¡Es tan brillante! Bastante distinta de la luz que hay en Gran Bretaña o París”, escribía el pasado cinco de enero. Para entonces Vevers ya llevaba algunos meses en la capital. “Dejar Mulberry no fue una decisión fácil”, reflexionaba en julio del año pasado, poco después de aterrizar en la meseta, “porque realmente me encantaba estar allí”.

Sin embargo, “la historia de Loewe, que con más de 160 años de historia es una de las casas de moda más antiguas que aún permanece en el mercado del lujo”, fue el motivo que le llevó a aceptar la propuesta. Eso junto al “cambio de Londres a Madrid”. “Había vivido en París (diseñando bolsos para Givenchy y Louis Vuitton), Londres (Mulberry y Luella Bartley) y Nueva York (Calvin Klein), así que la idea de una nueva ciudad me resultaba muy atractiva”, afirma. En cualquier caso, no era nuevo en España: “Ya había estado antes, en Ubrique”, para visitar los talleres de cuero de la localidad gaditana. Allí ha vuelto en varias ocasiones durante los últimos meses para trabajar con los curtidores del lugar.

La vida en Madrid parece haber conquistado a Vevers, que comenzó residiendo en el siempre acogedor hotel Palace y que, tras algo de búsqueda, se mudó a un apartamento cercano al metro de Alonso Martínez, aunque no puede “recordar el nombre del barrio”. Lo mejor de la ciudad es para él que “puedes salir del trabajo a las once de la noche y tomar algo hasta una hora o dos más tarde que en otras ciudades”. Definitivamente, los tópicos sobre Madrid han funcionado con su nuevo insigne habitante: “Madrid vive de noche. Si vas por la calle a las cuatro de la mañana verás que está llena de gente de cualquier edad”.

Vevers ha tenido tiempo de disfrutar de los placeres de la ciudad, como de descubrir y aficionarse a los huevos estrellados de Casa Lucio (“Simplemente deliciosos”), pero lo suyo ha sido atrabajar y trabajar. Viajando, por ejemplo, de Madrid a Venecia para revisar diseños o a París para presentar la primera colección para Loewe con su firma, una línea que ha sido alabada unánimemente por la crítica especializada. En definitiva: con mucho trabajo y poco tiempo para disfrutar, el creador ha caído rendido al influjo de España. Como aseguraba en la última entrada de este particular diario, “ya no tengo teléfono móvil británico. Me he entregado totalmente a Madrid”.