Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’: “No quiero que mi hijo se juegue la vida como torero”

Es difícil encontrarse con Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’ en público. Desde su despedida de los ruedos, el torero dedica la mayor parte de su tiempo a su finca y a su familia, y tan solo se viste de corto cuando le reclaman para colaborar en festivales benéficos. Todos conocemos su fama de hombre solidario. Se echa de menos en las plazas de categoría a espadas de su tronío, pero Espartaco tiene muy claro que no sucumbirá a las ofertas multimillonarias para volver.

¿Cómo es tu vida fuera de los ruedos?

Muy tranquila. Echo de menos estar con los amigos de la cuadrilla, las cenas que celebrábamos tras las corridas, el contacto con ese mundo… Pero, indudablemente, he recuperado la tranquilidad que supone estar con mis hijos, con mi esposa, disfrutando de todo lo que Dios me ha dado y me ha permitido conseguir con la ayuda del toro.

El aficionado también echa de menos a Espartaco…

Y yo les agradezco ese cariño. Que sepan que su apoyo y sus gritos de ánimo me hicieron mucho bien.

¿Nunca has tenido el deseo imperioso de volver?

No. Tan sólo vuelvo de vez en cuando a la plaza para intervenir en corridas benéficas. Si mi nombre y mi saber estar como torero sirven para ayudar a entidades que se ocupan de los más necesitados, allí estoy… Mi vida la tengo muy llena en estos momentos al lado de los míos.

Tienes fama de buena persona. ¿No habrá un lado oscuro detrás de esa imagen?

Los que no me conocen dicen que soy buena persona, ja, ja, ja.

¿La saga taurina familiar se acabará contigo?

Tengo un hijo de seis años, y no me gustaría que fuera torero. Pero si algún día viene y me dice que quiere dedicarse a esta profesión le ayudaré en lo que pueda. Intentaré ofrecerle mi apoyo, y daría mi vida por él.

¿Por qué no te gustaría que se vistiera de luces?

Porque sufriríamos mucho los dos. Ponerse delante de un toro es muy duro. Lo que sí me gustaría es que entendiera el mundo y la fiesta taurina, que respetara la profesión de su padre. Pero no quiero que se juegue la vida como yo me la jugué tantas tardes.

Te casaste con Patricia Rato en 1991. ¿Cuál es el secreto de vuestra estabilidad matrimonial en un mundo en el que hay tantos divorcios?

La admiración mutua. Y, sobre todo, que he encontrado a una mujer que aguanta mucho porque considero que Patricia me aguanta demasiado…

¿Eres complicado en el día a día?

A veces soy muy difícil. Y me esposa me ha entendido a mí, con mis virtudes y mis efectos, y a todo lo que me rodea.

¿Cuál es la meta de Espartaco?

Ver crecer a mis hijos felices. Estar con ellos cada día. Nada más.

La familia de Patricia está muy vinculada al mundo de la política. ¿Nunca te ha tentado algún partido…?

No, además, no serviría como político, porque, escuche a quien escuche, siempre creo que lleva la razón. Me da igual del partido que sea, tengo amigos de todas las tendencias.