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Pudding, Family Room... Los mejores restaurantes para ir a comer con niños
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tienen Payasos, talleres, música, juegos...

Pudding, Family Room... Los mejores restaurantes para ir a comer con niños

En estos locales, que tienen mucho de cuento y de país multicolor, estos locos bajitos podrán hacer el payaso, ir a la minidiscoteca, tirarse por el tobogán, pintar y, por supuesto, zamparse un menú

Foto: Mamá Campo tiene una cocinita de verdad para que los niños metan las manos en la masa
Mamá Campo tiene una cocinita de verdad para que los niños metan las manos en la masa

¿Solo para adultos? Todo lo contrario. Estos restaurantes están llamando a gritos a los niños para que vayan a ponerse las botas (no solo con espaguetis) y, de paso, a tocarlo todo, carambolear, columpiarse y hasta subirse por las paredes con la venia del respetable. Nada de quedarse eternamente sentados. Suyo es este reino. Queremos decir que aquí podréis comer relajados mientras vuestros retoños derrochan su felicidad. Bienvenidos esos locos bajitos a este paraíso gastronómico multicolor que tiene mucho de cuento. Era de imaginar.

Pudding Barcelona, el café imaginario

Un café de cuento en el que es más fácil creer en las hadas, los duendes y las brujas. Y además con aire bohemio de libro de arena y biblioteca borgiana e infinita. En el Pudding parece que los sueños se hacen realidad. Por lo menos el de comer, jugar y pensar, que es el trío de ases que se guardan en la manga estos magos. Nada de cafetería al uso. Hay una pizarra gigante, material de construcción, juegos de madera y de mesa, puzles, libros ilustrados y una mesa gigante donde se pueden hacer los deberes. No se puede pedir más.

En el menú: ensaladas salpicadas con ingredientes crujientes y el aliño de la casa, y servidas con pan untado con crema de queso, sorprendentes bocadillos gourmet, tartas y galletas caseras.

Dónde: C/ Pau Claris, 90. Barcelona.

Restaulandia: un menú entre payasos

Sus propietarios, Chus y Rubén, lo confiesan: "Cansados de no poder llevar a nuestros hijos a comer fuera de casa sin que se aburriesen y disfrutaran de la comida, y a su vez poder disfrutar nosotros, se nos ocurrió este proyecto". Una "pequeña locura" que se llama Restaulandia: un restaurante en el que son los padres los que acompañan a los niños a comer (los sábados o domingos) o a cenar (solo sábados) y quienes tienen un reservado para ellos. El resto es todo para los saltimbanquis: actuaciones en directo, mucho payaso (de verdad), talleres para echar a volar su imaginación, música en la minidiscoteca y juegos en grupo. El mundo al revés.

En el menú: en el de adultos, arroz caldoso marinero o fabes con almejas de primero, y bacalao al pilpil o entrecot de buey a la parrilla de segundo. En el infantil, tres platos combinados a elegir, que incluyen los clásicos arroz a la cubana, pizza napolitana y macarrones con tomate. El precio, 20 y 15 euros respectivamente; incluye la entrada y la animación.

Dónde: C/ Manuel Tovar, 25. Madrid.

Family Room, un espacio 'eco' para toda la familia

Este local es un patio de recreo en toda regla en medio de la gran ciudad y para todos. No solo los niños, que para algo es una 'family room'. Como si estuviéramos en casa, o mejor aún, porque aquí todo lo que se come es de cultivo biológico o de comercio de proximidad, o sea, fresco. Ofrecen 'brunch' y merienda con el sello propio Peque Friendly. Y con un pan hecho de levadura madre. Todo muy natural, cuidado al detalle y decorado con mucho mimo. Para los mayores: wifi, libros, revistas y prensa diaria. Para los niños: un rincón para jugar y tronas para comer.

En el menú: una generosa ensalada con tomate del bueno, diferentes hummus, piadinas (esas hermanas de las pizzas), un señor bikini, bizcochos caseros, un pollo al curry o mermeladas caseras.

Dónde: C/ Joan Gamper, 13 (Barcelona).

Mama Campo, restaurante, colmado y ¡cocinita!

Sí, este local campestre tiene todo eso y además una decoración juguetona muy propia. Todos los productos están comprados directamente de agricultores, ganadores y elaboradores, lo cual es un plus. En cuanto a La Cocinita, es, en realidad, una tienda especializada en alimentación ecológica infantil, menaje, juguetes…, y donde se hacen unos talleres de cocina para chuparse los dedos (literal). Este sábado 14, hay uno para Babychefs (de 12 a 24 meses) acompañados de un adulto a las 17 h, otro para Pinches (de 2 a 5 años) a las 18 h, y el domingo a las 11:30 uno familiar (un niño mayor de 4 años y un adulto) para aprender a hacer pan casero.

En el menú: rosbif a las especias con verduras encurtidas y salsa de mostaza y miel, y otros muchos 'entrepanes' más o menos sofisticados. La tentación está en los platos sorpresa de sus ecochefs. Esta vez toca guisos otoñales. La cesta está llena de setas.

Dónde: C/Trafalgar, 12 y 22. Madrid.

La Ferradura: ¡el parque está dentro!

Este restaurante no solo está a la orillita del Mediterráneo, sino que además tiene un parque donde podrás dejar a los niños a su aire. Ni en tus mejores sueños. Y como la geografía manda, este es por supuestísimo el reino del arroz. Antes de entrar en materia arrocera, ¿qué tal un aperitivo de lomo de caña ibérico con patatas chips y frutos secos? A ellos les encantará. El sitio es perfecto para celebrar no solo bodas, bautizos y comuniones, sino lo que sea.

En el menú: toda una retahíla de paellas y arroces. De pollo con verduras, valenciana, de pollo y marisco, de marisco, a banda, negro con chipirones, de verduras naturales, de langostinos con habas, ajos tiernos y alcachofas, y otros secos o caldosos.

Dónde: Avenida Mare Nostrum, 42. Alboraya (Valencia).

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¿Solo para adultos? Todo lo contrario. Estos restaurantes están llamando a gritos a los niños para que vayan a ponerse las botas (no solo con espaguetis) y, de paso, a tocarlo todo, carambolear, columpiarse y hasta subirse por las paredes con la venia del respetable. Nada de quedarse eternamente sentados. Suyo es este reino. Queremos decir que aquí podréis comer relajados mientras vuestros retoños derrochan su felicidad. Bienvenidos esos locos bajitos a este paraíso gastronómico multicolor que tiene mucho de cuento. Era de imaginar.

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