Emprender en femenino: el momento de derribar mitos y techos de cristal

En los últimos años, y en distintos sectores como el de la educación, el cuidado personal o la restauración, ha aumentado el papel de la mujer como líder de sus propios negocios. Según un estudio reciente, en España hay una mayor presencia de mujeres emprendedoras, incluso por encima de la media de la UE. De hecho, una de cada cinco startups españolas está liderada por mujeres, y los datos del Observatorio W Startup C del Emprendimiento Innovador Femenino señalan que las fundadas por mujeres generan un 10% más de ingresos.

¿Qué hay detrás de este deseo de emprender que comparten tantas españolas? ¿Es una opción o una necesidad? ¿Qué obstáculos —financiación, sostenibilidad, formación— encuentran en su camino? ¿Por qué ese sueño puede terminar convirtiéndose en una pesadilla? ¿Realmente hay ayudas públicas que les den sustento y viabilidad a los proyectos? ¿Qué modelos de emprendimiento son más viables?

Para abordar todas estas cuestiones, Vanitatis ha organizado un encuentro, en colaboración con Restalia, en el espacio Pinson Living Studio, en el que ha reunido a mujeres destacadas en el ámbito del emprendimiento femenino. En este coloquio, moderado por Fruela Zubizarreta, editor jefe de Estilo de Vida en Vanitatis, han podido intercambiar puntos de vista Begoña Suárez, subdirectora general para el Emprendimiento, la Igualdad en la Empresa y la Negociación Colectiva de Mujeres; Jennifer López, directora de Comunicación & RSC de Restalia Holding, y Paola Freire, chef y fundadora de Foodtropia.

El punto de partida ha sido el de definir el perfil de la mujer española emprendedora. Ese perfil tipo nos habla de mujeres que se encuentran mayoritariamente entre los 35 y los 45 años, a menudo con estudios medios y superiores, y muchas de las cuales han tenido un trabajo previo por cuenta ajena. Pero este perfil, ha explicado Begoña Suárez, se queda cojo "si no se miran las motivaciones que llevan a una mujer a emprender". Así, ha recordado que "muchas emprenden por necesidad: han sido expulsadas del mercado laboral, se han visto penalizadas por su maternidad, tienen problemas de conciliación, techos de cristal… Todo ello hace que se asomen al emprendimiento con más dudas e inseguridad".

Desencanto y pasión

En el caso de Paola Freire, la pasión de lo soñado se alineó con el desencanto en su trabajo como abogada. "No estaba del todo a gusto en el despacho y, además, veía que en el medio plazo tendría dificultades para conciliar. Me tomé un tiempo para conseguir profesionalizar lo que hasta ese momento era una afición que me hacía muy feliz". Se lanzó sin saber si sería viable, "pero las ganas pudieron a la incertidumbre. El miedo te hace tirar para adelante, dar un paso más".

No son tantas las mujeres que tienen tan clara una vocación. El mundo del emprendimiento es una amalgama diversa, y en ella el sector de la restauración y la hostelería tiene su peculiaridad, explica Jennifer López: "Aunque en él trabajen más mujeres que hombres, también el techo de cristal es mayor. A la hora de liderar un negocio, solo el 13,79% de las franquicias está en manos de mujeres. Nos hacen falta referentes, ver que otras mujeres emprenden con éxito".

Surge así en el debate un concepto claro: el de tener espejos en los que mirarse. "Si desde pequeña no tienes referentes, ni te lo planteas. Pero, además, está el mito de que las mujeres tienen aversión al riesgo. No es cierto; otra cuestión es que seamos más prudentes, que midamos los riesgos, que seamos conscientes de lo que nos jugamos. Pero hemos sido socializados de forma diferente, educadas en un papel más secundario, de menos liderazgo", ha señalado Begoña Suárez.

Se trataría, ha asegurado, de romper esa barrera, "y eso se logra viendo a otras mujeres en esa situación, haciendo networking, compartiendo". En este sentido, Paola Freire ha incidido en la importancia de "ver que no eres la única. Cuando estás sola tienes muchas dudas acerca de cómo seguir, cómo avanzar y crecer. Es básico poder compartir tus propias experiencias, porque a mí me ayuda ver las de esas mujeres que ya están en el siguiente escalón. Tienes muchas carencias y eso te da pautas".

Pautas, consejos, recomendaciones. Una y otra vez han salido estas ideas, porque detrás del emprendimiento se esconden historias de dificultades y puertas cerradas. Lanzarse a emprender requiere trazar un plan con objetivos concretos, con metas y desafíos. Dificultades para la financiación, problemas de formación… Frente a ello, ha señalado Jennifer López, "nosotros defendemos que uno de los mejores pasos que se pueden dar para ir más sobre seguro es el modelo de franquicia, porque te encuentras que ya está hecho el estudio de mercado: hay un equipo detrás que ha hecho todo ese trabajo. También contamos con un programa para fomentar el emprendimiento femenino, de forma que las mujeres puedan ver que otras ya lo han hecho y lo han conseguido".

¿Por dónde empezar?

Dar el salto para emprender nunca es fácil, y en el caso de la mujer aún menos. Empezar es muy duro, ha advertido Paola Freire: "Aunque las ganas sean tu motor, luego debes enfrentarte a la realidad: la parte financiera y legal, la necesidad de tener un plan estratégico. Necesitas formar una estructura y muchas veces no sabes adónde ir. Necesitas tener una persona al lado que te oriente, porque no lo puedes hacer todo bien".

Es crucial, en este punto, la ayuda de las instituciones públicas. "Desde las Administraciones debemos facilitar herramientas para el emprendimiento de las mujeres", ha señalado Begoña Suárez.

El aspecto financiero es clave: para emprender hace falta dinero. "Pero las mujeres tenemos el problema de que muchas veces no nos sabemos vender, pese a que la realidad es que, después, operamos mejor que los hombres. Nos hace falta atrevernos", ha señalado Jennifer López, que también ha recordado otro problema existente en la hostelería: "Es innegable que la conciliación es muy complicada en este sector. Es importante también pedir la solidaridad y empatía del usuario, que también comprenda que hay que tener horarios racionales para los trabajadores".

En línea con los créditos, se han puesto sobre la mesa los rescoldos machistas que aún operan en el mundo financiero. "Sigue habiendo sesgos, se espera que la mujer tenga detrás a un marido con nómina, o que sea más agresiva en su forma de ‘venderse’. Hay que aprender que somos diferentes, que nos expresamos de otra manera y que los inversores deben tener en cuenta la viabilidad del proyecto, no que quien esté detrás sea una mujer o un hombre", ha recordado Begoña Suárez.

Inevitablemente, también ha sido protagonista el concepto de conciliación, pero, junto a él, ha surgido el término corresponsabilidad. Como ha explicado, "es el gran paso que hay que dar, en la empresa y en la sociedad. Porque no se trata de que solo sean las mujeres las que se acojan a las medidas de conciliación, sino que también los hombres las disfruten", ha señalado Begoña Suárez.

Pero la conciliación, para una emprendedora, puede ser tarea poco menos que imposible. Por eso, Paola Freire ha puesto su ejemplo: "No tengo horarios: sábados, domingos, a primera y última hora… Es durísimo. Poder escoger los momentos en los que estar con mis hijos es una fortuna, pero no implica que sea más fácil". Y ha concluido dando un último consejo a quienes quieran emprender: "Hay que ser conscientes de que es duro, de que es imprescindible tener un plan de negocio, una visión y un panorama de lo que, de verdad, te puedes encontrar".