Irene Villa y su separación: "Jamás me lucraría con algo tan doloroso"

Irene Villa y Juan Pablo Lauro (su marido hasta hace un mes) eran una de las parejas más sólidas. Al menos eso transmitían ambos a través de sus cuentas de Instagram con imágenes familiares y cotidianas. El matrimonio era la viva estampa de la felicidad junto a sus tres hijos. Irene compartía esos momentos con sus seguidores y recibía comentarios muy positivos en su perfil. Por eso su separación, anunciada en la revista '¡Hola!', ha resultado una sorpresa para sus amigos y conocidos que los consideraban un ejemplo de unidad familiar.

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Las razones de la separación se desconocen, pero como cuenta la propia Irene hubo un cambio fundamental en su vida cuando perdió hace un año el bebé que esperaba por un embarazo ectópico. Ese drama pudo influir en su relación de pareja, aunque no ha sido el detonante e incluso aseguran los que conocen al matrimonio y ella misma que podría no ser definitivo, ya que aún no tienen el divorcio. Se casaron el 4 de junio de 2011 en la Basílica de San Francisco el Grande en una ceremonia a la que acudieron compañeros de profesión y amigos.

Irene Villa ha hablado con Vanitatis: “Este verano tuvimos un alejamiento por motivos laborales que desembocó en una separación momentánea. Teníamos la esperanza de superarlo, pero no pudo ser. Decidimos que lo mejor para los niños y para nosotros era mantener la magnífica relación que siempre tuvimos y terminar con la convivencia. Empezamos a vivir cada uno en una casa y eso trascendió”.

La periodista y psicóloga afirma que puede haber gente que piense que es una situación atípica, pero “nos sentimos mejor así. Desde luego no es un trance fácil, pero Juan Pablo y yo sabemos que nuestra relación durará para siempre y que lo importante es que nuestros hijos estén bien y sean felices”.

Lo que quiere dejar claro es que las declaraciones que ha hecho confirmando la separación no han tenido ninguna compensación económica,: “Jamás me lucraría con algo tan doloroso y que además implica a los dos. Y lo he compartido del mismo modo en que lo hicimos con nuestra historia de amor”, concluye Irene, una de las personas más representativas de superación y esfuerzo.

Perdió sus piernas y varios dedos de una mano en un atentado de ETA en octubre de 1991 cuando tenía 13 años y a lo largo de su vida ha demostrado ese tesón para afrontar la tragedia. Licenciada en Comunicación Audiovisual y Psicología, ha escrito varios libros, colabora tanto en radio como en medios escritos y televisión, y participa en campeonatos paralímpicos nacionales e internacionales. En los años 2013 y 2016 formó parte de la lista de mujeres líderes más influyentes.